> El año que acaba > Aliados y rivales
Termina un año movido para la vida pública del estado, en el que la polémica, los enfrentamientos, abiertos y velados, las fallas y los escándalos, no han faltado. Pero sobre todo, en donde el cálculo político y la toma de posiciones para el 2027 ha sido la guía de las acciones de los actores políticos.
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Quizá como nunca antes en el pasado reciente, las fuerzas políticas del estado, y del centro han adelantado el calendario político, lo que refleja la importancia de lo que está en juego.
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Paradójicamente, no se trata de una pelea entre contrarios abiertos, como lo fue el 2021 y antes, cuando la disputa estaba entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN); la pelea se perfila entre aliados, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Morena.
Del lado verde, este partido demostró por qué está en el poder: lo ha ejercido sin miramientos. El régimen consolidó su hegemonía haciéndose de cuanto espacio pudo ocupar: fagocitó al Congreso, puso a su servicio al ente fiscalizador; se hizo, mediante "acordeones" del Poder Judicial, derrotando en su mismo juego a la 4T, la autoridad electoral le confecciona leyes a modo y se adueñó de cuanto municipio pudo, incluyendo al más nuevo.
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En contraste, hostiga de manera insistente los enclaves que no ha logrado dominar, como bien lo pueden decir la alcaldía capitalina , el Interapas o la UASLP.
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Todo ello con el fin concreto de que el Verde, y la familia que lo maneja, mantengan el gobierno estatal.
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Morena, por otra parte, no tiene una fuerza local equivalente. Lastrado por el sectarismo, por la incompetencia para generar figuras con fuerza propia y por sus escasos dones de organización, el morenismo ha perdido tiempo y esa debilidad se demuestra por el hecho de que tuvo que aliarse con un antiguo adversario para atraer al estado a su esfera.
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Aun así, tiene un fuerte respaldo: el gobierno federal. Gracias a él, ha podido hacerse de las cabezas de las delegaciones federales, los que deciden cosas tan importantes como obras y apoyos. A nivel partidista, no sin tropiezos, el morenismo está empezando a forjar estructuras funcionales. Pero su principal activo es la evidente inconformidad de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para con el modo en el que el Verde está perfilando la sucesión en San Luis. Si el PVEM en San Luis estira demasiado la liga al contrariar la vocación antinepotista de la presidenta, podría ver comprometida su estrategia para mantener el poder.
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Así, estamos por entrar al 2026, un año que decidirá aspectos muy importantes del futuro cercano.
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Y mientras esto se define, los potosinos se aprestan a recibir 2026. Todos los que integran esta casa editorial, desean que sus lectores vivan un año de parabienes y experiencias benéficas.
¡Feliz Año Nuevo!
