AMLO vs. Medioambiente

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Continuamente hemos registrado en este espacio que existen adversarios del medioambiente que impiden u omiten el cuidado real del entorno. Esas personas y gobiernos destrozan el “principio de intergeneracionalidad ambiental”, que no es otra cosa que respetar el derecho de que las futuras generaciones tengan una herencia adecuada que les permita un nivel de vida no menor al de la generación actual, es decir los valores de solidaridad y cooperación. 

Al atentar contra la naturaleza las controversiales obras insignia del Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo colocan como integrante de dicha banda, y lo corrobora su decisión de impedir la generación de energías eólica y solar mediante la publicación en el Diario Oficial del “Acuerdo por el que se emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional”.

El Presidente refiere que hubo actos de corrupción (sin precisar cuáles, qué pruebas existen y cuándo presentaron la denuncia correspondiente) para que empresas privadas generaran energías limpias, pues “incluso se pretendía destruir a la CFE”. Él castigó la “corrupción” eliminando un futuro limpio para nuestros hijos. Creo que los mexicanos no somos tontos y el tema es más complejo que esa escueta expresión.

La CFE simplemente no está generando energías limpias y por el contrario fomenta el uso de combustibles contaminantes con una enfermiza obsesión de acelerar la construcción de más centrales termoeléctricas a gas e incrementar el consumo de carbón y combustóleo para la producción de electricidad en las plantas existentes. Nos dicen una cosa pero hacen otra.

Es simple, la decisión acelera el cambio climático, va en contra de los compromisos nacionales e internacionales asumidos por México en la reducción de emisión de gases de efecto invernadero y cierra el paso a las energías renovables, al ofrecer como alternativa la quema de combustóleo, que parece es la fascinación presidencial, seguir produciendo y consumiendo combustible fósil que es altamente dañino. Se privilegian energías fósiles para producir electricidad y se cierra el paso a las renovables, con el pretexto de que son inestables.

Impresiona que se esté entorpeciendo el uso de las energías renovables, para continuar usando combustibles descontinuados y prohibidos en el mundo, lo que desde luego tiene implicaciones graves en términos de salud, ambientales y económicos, debido a la ineficiencia y alto costo en los procesos de generación. 

Esta arcaica política energética es un catálogo de vejaciones a los mexicanos. Viola los derechos humanos de acceso a la salud y medio ambiente sano reconocidos en nuestra Constitución y tratados internacionales, como el Pacto de San José y el Protocolo de San Salvador. Además vulnera la Ley de Transición Energética que fijó como meta alcanzar el 30% de energías limpias en 2021 y el 35% para 2024. También afecta a la Ley de la Industria Eléctrica en cuanto a la obligación de tener un contenido mínimo de energías limpias. Después a la Ley General de Cambio Climático y la “Contribución determinada a nivel nacional”, instrumento que aterriza la forma en cómo México va a continuar con el Acuerdo de París con relación a la Conferencia Marco de Cambio Climático de Naciones Unidas, que contiene la obligación en la que los países acordaron reducir estas emisiones de gases de efectos invernaderos, para limitar el aumento de la temperatura por debajo de los 1.5 grados; México traicionó el Acuerdo de París. Finalmente se les olvidó pasar el filtro de la CONEMER.

Nuestro amigo Pablo Ramírez, activista de Greenpeace, ha revelado con información de la misma CFE, que un megawatt hora producido con energías renovables cuesta 60 dólares, mientras que generar energía eléctrica con combustóleo cuesta 138 dólares por megawatt hora, por lo que también se prevé un aumento de los costos, como consecuencia previsible un incremento en las tarifas de electricidad o de los impuestos, sin descartar recortes en áreas prioritarias como salud y educación. Está comprobado que el costo de generación de energía de CFE es  más elevado, por la ineficiencia de sus plantas y los insumos que utiliza: gas natural, diesel, carbón y combustóleo, que son más caros y más contaminantes, que las energías renovables.

En días pasado Adrián Fernández Bemauntz, experto en el tema, refirió que “En materia de energía, no se debe confundir la seguridad energética con la autonomía y total independencia con respecto a otros países. Se deben controlar riesgos, diversificando proveedores y socios internacionales; explicar con claridad y objetividad el concepto de “soberanía energética”, para que no se convierta en un principio abstracto con el que se pretendan justificar decisiones, inversiones y rumbos de la política energética nacional”.

Delírium trémens.- Juzgue la hipocresía gubernamental en el cuidado ecológico: 1.- El pasado 7 de abril cumplió 39 años la Sierra de Álvarez sin un plan de manejo. 2.- Hace un año se presentó al Dr. Juan Manuel Carreras López e Ivett Salazar Torres más de 15mil firmas autógrafas de potosinos pidiendo su buenos oficios por la zona, sin éxito. 3.- Al día de hoy SEMARNAT y CONANP, áreas bajo el control del Presidente Andrés Manuel López Obrador, no han realizado nada para emitir dicho plan. 4.- Actualmente la degradación ambiental en la Sierra de Álvarez está dañando gravemente ese pulmón natural. Ilusos quienes piensan que quieren proteger nuestra otra Sierra, la de San Miguelito. Así los adversarios del medio ambiente.

@luisglozano