El tráfico ilegal de especies se puede definir como el movimiento nacional o internacional de animales y plantas, así como sus productos y derivados fuera de su hábitat natural y sin los permisos y controles necesarios, provocando necesariamente una afectación negativa al Ecosistema del que son parte, y que en la mayoría de los casos conlleva además del estrés del transporte, la muerte de la mayor parte de los especímenes transportados.
Según datos del FONDO MUNDIAL PARA LA NATURALEZA (WWF) este negocio ilícito mueve entre 8,000 y 20,000 millones de euros por año, por lo que es equiparable al negocio del tráfico de drogas y a tráfico de armas.
Entre 1998 y 2018 se incautaron en todo el mundo especímenes de más de 6,000 especies en 180,000 incautaciones diferentes de animales y plantas que estaban siendo comercializados y transportados ilegalmente. Entre los que principalmente estaban MAMÍFEROS, AVES, REPTILES, PECES, CORALES, CACTÁCEAS y plantas en general.
Para medir y clasificar el grado y cantidad de peligro de extinción que enfrentan las especies, el 1 julio de 1975 entró en vigor un organismo internacional que es la CONVENCIÓN SOBRE COMERCIO DE ESPECIES AMENAZADAS DE FLORA Y FAUNA por sus siglas en ingles abreviada CITES. Dicho organismo inició con 80 países fundadores y en la actualidad tiene 183 países miembros, dentro de los cuales se encuentra México.
El mecanismo de protección se basa en un listado de APÉNDICES que agrupa las especies en función del estatus actual en la naturaleza y el grado de amenaza de que es objeto. En la actualidad dicho estatus comprende más de 35,000 especies, de los cuales 5,800 son especies animales y el resto son vegetales. La clasificación de los 3 apéndices es la siguiente:
APÉNDICE 1: Es el apéndice con el mayor grado de peligro de extinción y aquí se encuentran agrupadas las llamadas ESPECIES EN PELIGRO DE EXTINCIÓN y el comercio de estas especies y sus componentes está permitido solo en casos muy excepcionales. En este apéndice se encuentran especies como el OSO PANDA, TIGRE DE BENGALA, RINOCERONTE BLANCO y VAQUITA MARINA, entre las 1,045 especies clasificadas aquí en la actualidad.
APÉNDICE 2: En este apéndice se agrupan las ESPECIES AMENAZADAS, que son las que han visto muy reducidas sus poblaciones. En este caso se aplican controles para su comercialización y explotación; en esta lista se encuentran 34,608 especies de animales
y plantas.
APÉNDICE 3: En este apéndice se encuentran las especies amenazadas al menos en un país y tal vez en peligro de extinción local. Y que se ha solicitado ayuda para controlar su comercio y explotación. En este apéndice se encuentran 202 especies.
Las demás especies no están clasificadas en CITES, mas ese hecho no quiere decir que no tengan problemas en su desarrollo en sus ecosistemas ya que todos los ecosistemas están interconectados y se afectan unos a otros.
Si estás interesado en saber el estatus de cualquier especie es muy fácil en la actualidad consultar los Apéndices en Internet.
En el mundo real este organismo –CITES- ha causado muchas controversias, ya que la clasificación de la especie facilita o entorpece la explotación comercial de la misma; y aquí es donde nos enfrentamos a la paradoja actual, ya que en algunos casos la prohibición total de la explotación comercial inhibe el fomento de la cría intensiva de dichos especímenes, acercándolos cada vez más a la extinción total, este es el caso de muchas especies de casa y de animales de compañía, que al ser criados intensivamente para fines comerciales, sea cacería o bien venta en el mercado de mascotas, se provoca su aumento de poblaciones y reintroducción de los mismos en la vida silvestre. Esto obliga a una revisión constante de los resultados reales en el mundo.