Datos duros

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A propósito del levantamiento del próximo Censo Nacional de Población y Vivienda, tengo unos días pensando en las memorias de Robert McNamara –a quien recordamos en altas responsabilidades como la dirigencia de la Ford Motor Company, la Secretaría de Defensa de Estados Unidos durante las administraciones de John Fitzgerald Kennedy y Lyndon Johnson, y la presidencia del Banco Mundial-; algo sabía sobre toma de decisiones. Desde un enfoque altamente racional y quizás cientificista, McNamara era de la idea de que las decisiones estratégicas –ya sea de guerra, política, negocios o lo que sea- deberían estar basadas en la mejor situación de conocimiento de los datos; es decir: no decidir a ciegas, sino con una lectura de la realidad sobre la que se decide.

Hacer un censo poblacional a nivel nacional es algo complicado –y carísimo, por cierto- ya que se debe establecer una metodología de levantamiento de la información de todas las personas que habitamos este anchuroso territorio nacional. Los datos de todas las personas. Todas. De eso se va a encargar el INEGI y seguramente lo van a hacer bien.

Una de las aplicaciones de información demográfica en la que encuentro gran valor consiste en los grupos de edad y los llamados cohortes generacionales. Seguramente ha leído o escuchado sobre la generación X, los milennials, la generación Z, o yendo más atrás; los baby-boomers. Y a pesar de que no existe una definición clara sobre los límites de cada generación –con excepción de los Boomers que fueron definidos oficialmente así por el Buró de Censos de Estados Unidos al identificar un notorio aumento en los nacimientos entre 1946 y 1964-, sí resulta muy relevante tratar de identificar y entender qué diferencias existen entre grupos de edad.

[Breve intermezzo cultural: En general, hoy se habla de 5 generaciones. La Generación Silent abarca a quienes nacieron entre 1928 y 1945, hoy tienen entre 74 y 91 años; los Baby Boomers, nacidos entre 1946 y 1964, hoy tienen entre 55 y 73  años; la Generación X, nacidos entre 1965 y 1980, hoy tienen entre 39 y 54 años; los Milennials, nacidos entre 1981 y 1996 con edades entre 23 y 38 años; y la denominada generación Z que comprende a los nacidos de 1997 a 2012. Sobran referencias de esto en internet].

Hay que tener el cuidado y la seriedad suficiente de evitar esos atajos mentales de establecer prejuicios y generalizaciones sobre comportamientos de toda una generación -todos los boomers son esto, todos los Milennials son lo otro-; resulta bastante más útil tratar de entender cómo determinados fenómenos tienen significados distintos para una generación, explico: para cuando ocurrió el levantamiento del EZLN, o los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu en 1994, la mayoría de las personas que forman parte de la denominada Generación Milennial no había nacido o estaba en edad preescolar. ¿Qué significados y efectos tuvieron esos eventos sobre la manera en que entendemos la democracia? Lo que para algunos representa historia viva, para otros tiene un significado distinto –no mejor ni peor, solo distinto-.

Otro ejemplo interesante es la comunicación: a los boomers les tocó la expansión de la televisión, la Generación X creció con la revolución informática y los Milennials vivieron la expansión de internet. Para la Generación Z y los que vienen, la principal fuente de acceso a información será a través de teléfonos celulares, banda ancha y WiFi con servicios de streaming “bajo demanda”. Insisto, este contexto define una estructura de significados.

¿Y qué tiene que ver el Censo en todo esto?. Contar con los datos exactos de los grupos poblacionales, su distribución geográfica, sus características socioeconómicas y sus condiciones de vida permiten dimensionar de mejor manera el contexto de una sociedad cambiante. Solo para sugerir algunos números: ¿sabía Usted que casi una tercera parte del electorado que votará en la elección del 2021, no había nacido cuando “la caída del sistema” en 1988? ¿Quién es Manuel Bartlett para ellos?. ¿Sabía Usted que casi el 75% de quienes estamos inscritos en el Padrón tenemos acceso diario a redes sociales? ¿qué relación tiene esto sobre la manera en que entendemos a nuestra propia realidad?.

No hay que decidir a ciegas. Los resultados del Censo constituyen un insumo fundamental en la lectura de la realidad social, que puede o no ser aprovechado por las y los responsables de la formulación de las políticas gubernamentales. No se trata de saber cuántos somos, sino de entender cómo somos y cómo vivimos. De lo que se desprende que la calidad de las estrategias dirigidas a la realidad social depende, en gran medida, de la capacidad que se tiene de entender los fenómenos desde la geografía, la demografía y la estadística. Punto para la ciencia y los datos duros.

Twitter. @marcoivanvargas