Desconocimientos

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Leo los comentarios del maestro Jorge Murillo constructor del vitral que cubría el patio central de Palacio Municipal, luego de que fuera retirado por presentar supuestas fallas estructurales que propiciaron el desprendimiento de algunas piezas. Las declaraciones del vitralista, con todo y que él se refiera únicamente  a su trabajo, son una  similitud total con la actuación del actual Ayuntamiento en lo referente al gobierno de la ciudad capital.

Más ilustrativo no puede ser al indicar que la alcaldía (sus funcionarios y trabajadores)  “denota un desconocimiento tremendo de lo que son los vitrales y el manejo que se les debe dar”. La situación que no es exclusiva del vitral, sino de cualquier manera en la que opere la actual administración municipal; evidencian un profundo desprecio a cualquier situación que no refleje sus formas de pensar y actuar. 

Los dichos de la síndico Alicia Vázquez refuerzan la ignorancia en el tema; especialista en Derecho, supongo, es evidente que materias de bachillerato como Historia del Arte o Historia de San Luis Potosí, las cursó sin mayor pena, pero sí con la menor gloria. Su desconocimiento sobre las técnicas de un vitral son lamentables, como también su apreciación sobre la temporalidad del vitral que ocupa el cubo de las escaleras del mismo edificio, al que catalogó como “histórico”. No es desde luego motivo de escándalo que las desconozca, sino que opine de ellas cuando no se domina el tema.

Esto se puede trasladar a la propia situación que enfrenta la Sindicatura, sus actuares continúan en el limbo de lo jurídico; las prometidas sanciones a los delincuentes que en el pasado nos gobernaron y saquearon, no han prosperado. Será que elaboraron los expedientes como opinaron sobre el vitral. 

El argumento de los peritajes sobre el vitral y la estructura que lo soportaba, es tan endeble como muchas de las decisiones tomadas por el Ayuntamiento, principalmente las de obra pública; sus datos señalan beneficios enormes, cuando no benefician –y si perjudican- al entorno inmediato.  

Se necesita ser realmente carente de sentido común, para ordenar el retiro de una ornamentación que tenía “garantía de diez años con mantenimiento cada cinco”, pero supongo que el dinero abunda. La pretendida austeridad navista es una farsa.

El vitralista concluye señalando que seguramente no es su trabajo lo que no les gusta, sino “el escudo de armas de la ciudad”; algo debe haber en eso, ya que al más puro estilo foxista, lo primero que hizo Navita al llegar a la alcaldía, fue modificar el escudo en la papelería oficial, y en toda la imagen del Ayuntamiento. Forma es fondo. 

Por último, ojalá que ahora que retiraron el vitral, les circule algo de aire y se les ventile el cerebro, siguen muy apazguatados. No pueden llevar una alcaldía, y quieren llevar una gubernatura; digo, se imaginan a la síndico de fiscal, o al tal Sebitas, de general de gobierno. De terror.

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Mientras eso ocurre entre los niños que juegan a políticos, los tres políticos azules que son como niños, piensan que son los caudillos de la verdadera oposición. Si los propios diputados panistas no pueden ponerse de acuerdo para exigir explicación de la secretaria de Salud, éstos tres, menos podrán hacerlo para elegir candidatos entre ellos; antes se pelean, exhiben, o matan. 

Por cierto, salió –como dijera Socorrito Blanc– listilla la secretaria de Salud, ahora a la doctora se le ocurrió –con cara de dolorosa de rancho– pedir que no la ataquen, que no es por ella, sino por los enfermos del virus coronado, y por la fuerte crisis de salud que atravesamos.      

Ya para acabar y no fastidiarlos, les cuento que el apreciado burócrata tlahuizcanero de primer nivel (al que por ahora no puedo llamar angorino palaciego), que no se cansa de decirme que exagero respecto a mis apreciaciones sobre el descuido de la situación en los camiones urbanos en estos tiempos del Covid, no ha aceptado mi invitación a recorrer la ciudad en ese medio de transporte. El reto lanzado por aquí, y en tres ocasiones por la vía económica del guatsap,  no ha sido aceptado. El nene tiene miedo. 

Esto último lo comento por dos cosas, la primera para evidenciar que de secretarios de gabinete para arriba, a todos les encanta opinar a partir de datos que les permiten otorgarse la razón, pero siempre acaban jugándole al misterio del conejo; y la segunda, es porque el susodicho es vanidosillo, y sé que le gusta ser aludido.

Gracias por la lectura; consuman frutas y verduras.