La UASLP. Una agenda mínima

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[Disclaimer: Mínima por 

restricción de espacio, no piense mal].

La mejor forma de defender a una Institución consiste en demostrar que cumple con el propósito para el que fue creada. La decisión de otorgar autonomía a una institución educativa como lo es ahora la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, no fue una mera curiosidad histórica sino una decisión política de esas que trascienden por su capacidad de “anclar” el cumplimiento de una función social y proteger a la institución de los vaivenes políticos, esos que no ceden ni dejan de aparecer desde hace siglos.

Hay buenas noticias en la Universidad. La primera tiene que ver con que, incluso en condiciones tan peculiares como las que atraviesa el país en estos momentos, sus procedimientos electivos tuvieron la capacidad de generar una designación con reglas de mayoría que todos aceptan. Hay que recordar que una de las virtudes de los sistemas electivos funcionales radica en tener la capacidad de procesar la pluralidad, así como producir decisiones y cambios de autoridades dentro de los estrictos umbrales de la legalidad y la civilidad. Designar a una persona para la Rectoría es una responsabilidad que las consejeras y consejeros debieron asumir con seriedad pensando, en todo momento, en el interés superior de la sociedad a la que la Institución se debe. Evidentemente el método puede perfeccionarse. Siempre he pensado que si bien, la votación secreta libra de presiones a las 58 consejeras y consejeros –directivos, docentes y estudiantes-, tampoco les vincula para rendir cuentas sobre el sentido de su voto frente a la población a la que representan –trabajadores, docentes y estudiantes-. Pero ese es otro debate.

La otra buena noticia es que todo inicio de un proyecto representa una oportunidad para visibilizar, reconocer y enfrentar los retos desde ángulos distintos y energías renovadas. Aquí le ofrezco un puñado –o un ramillete, me encanta esa palabra- de asuntos que deberán estar en la agenda del Doctor Alejandro Javier Zermeño y de su equipo de trabajo. Vamos a ello.

La Universidad enfrenta un contexto sociopolítico adverso. El diálogo –siempre necesario e impostergable- con las fuerzas políticas deberá traducirse en un acuerdo de condiciones presupuestales de suficiencia ante el complejo panorama macroeconómico que se avecina. De entre todos los riesgos presupuestales que se vislumbran quisiera destacar tres: la tensión presupuestal que implica del incremento de la cobertura para atender a la demanda –poblacional y geográfica-, la consolidación de los parámetros de calidad –enseñanza, aprendizaje e investigación- y la viabilidad del sistema de pensiones.

Nunca habrá presupuesto suficiente ante una maquinaria administrativa ineficiente. Todo responsable de una dependencia pública debería saber los fines se cumplen a través del fortalecimiento de la capacidad administrativa de una organización. Pero esto también implica el establecimiento de estrictos estándares de desempeño para el cumplimiento de metas y para la optimización de los recursos. Favorecer métodos de gestión no es tijera neoliberal: es cumplimiento de una responsabilidad pública.

Voy a insistir un poco en la tensión de la cobertura y calidad frente a la demanda. La UASLP atiende, en números gruesos, al 58% de los estudiantes de los niveles superior y posgrado en el Estado. Pero la cantidad de población que el día de hoy no puede acceder a un lugar en la Universidad es bastante mayor a los más de 32’000 estudiantes matriculados. También hay que considerar que solo un 18% de la matrícula se encuentra distribuida en los 5 campus externos a la capital. La capacidad logística de la Universidad siempre será insuficiente frente a la demanda de una población en transformación y crecimiento. Cualquier indicador de Desarrollo Humano y Competitividad considera a la educación superior como una variable determinante. El crecimiento con calidad es una tarea impostergable.

Como impostergable es también abordar el problema del acoso a mujeres –estudiantes, trabajadoras y docentes-. La consolidación de procedimientos de denuncia, investigación y sanción será adecuada en la medida en que demuestren ser una vía transitable para el combate y erradicación de esas conductas. No se trata de administrar un problema, sino de establecer las bases para su solución.

Hago patente un reconocimiento y agradecimiento a todo el equipo de trabajo de la UASLP por la labor realizada durante estos años. Los desafíos futuros son innumerables y complejos, pero es igualmente amplia la disposición de muchas personas para sostener a una Universidad grande, fuerte, siempre autónoma.

Twitter. @marcoivanvargas