Leviatán
El año de 2024 se terminó, en lo político nos dejó un nuevo leviatán muy poderoso. Morena y sus aliados ganaron la presidencia de la República, con una alianza obscura lograron mayoría constitucional en el poder legislativo; además, gobiernan en 24 entidades federativas y en un buen número de municipios. Con esta concentración de poder tomaron decisiones políticas, con las cuales ya no tienen ningún contrapeso. No existen los organismos autónomos y a mediados de años habrá un poder judicial que seguramente estará alineado al nuevo grupo gobernante. En pocos años se pasó de la hegemonía del PRI al dominio de Morena.
El nuevo leviatán se logró construir mediante el diseño e implementación de una política social universal efectiva, se dejó el diseño anterior que fue focalizado a grupos sociales específicos. Adoptó como prioridad el ingreso de las personas y con ello consiguió disminuir los niveles de pobreza. Fue implementada por miles de trabajadores que fueron contratados de manera temporal y quienes tuvieron un contacto directo y permanente con los beneficiarios, lo cual les permitió movilizar millones de personas en tiempos electorales. La estrategia fue efectiva en lo administrativo y eficaz en lo político.
Para obtener el poder político local se aliaron con políticos profesionales. En la clase política gobernante, quienes presumen “ser diferentes”, se encuentran los caciques de siempre, que si no ganan a la buena, ganan a la mala, incluso llegan al asesinato. Se impulsan políticos cuyo pasado está lleno de dudas, con el único argumento “no hay más”. Las disputas y conflictos son cotidianos al interior de la clase gobernante, las rupturas vendrán de ahí, ya que sus adversarios están muy debilitados, no tienen credibilidad social, ni proyecto político. La clase política no se ha renovado, es la misma y con las mismas prácticas.
En la definición de las políticas públicas no hay debate, se adoptan sin datos generados mediante el método científico. Se impone la visión política dominante y se hace a un lado la evidencia científica. Para la toma de decisiones no hay diagnóstico solo premisas políticas. Se le da la palabra al adversario sin escucharlo, sin incorporar sus propuestas, se le percibe como enemigo, no como adversario. Hasta ahora hay aciertos, pero los efectos en el largo mediano y plazo están por verse, como es el caso de la elección de los miembros del poder judicial, en donde los operadores de ella están con muchas dudas técnicas y sin recursos económicos.
En resumen: 2024 nos dejó un leviatán muy poderoso, con credibilidad social, pero sin contrapesos y oposición política. Esperemos que sus decisiones de política pública sean efectivas en lo social, sin descuidar lo económico. Que tenga la voluntad de escuchar a quienes piensan diferente, las decisiones de política requieren de la participación de actores políticos, económicos y sociales. Quien encabeza el proyecto político tiene una gran capacidad técnica y voluntad para gobernar en gobernanza, pero en la periferia existen caciques que le han hecho mucho daño a la sociedad. Próxima colaboración: 15 de enero de 2025.
@jszslp
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