Entre las discusiones que todos los días se dan sobre política, los referentes a política cultural son de los más encendidos. De los nombramientos a los préstamos o renta de espacios institucionales, hasta los comentarios de Jesusa Rodríguez, Sergio Mayer y otros actores (en el sentido político) de la actual escena “cultural”.
Muchos creadores no tenemos seguridad social. Son los tiempos del freelance. Lo de crear “por amor al arte” lo pregonan algunas autoridades y muchos funcionarios, para desentenderse de la importancia de la creación de públicos, de una oferta artística que haga pensar y ser crítico, que acerque a la gente a teatros, museos, bibliotecas, salones de baile, murales, conciertos y tocadas. La cultura es un derecho humano.
Como en cada administración, a nivel federal hay artistas con calidad y renombre que dicen “va, juega el pollo, me canso ganso” y le entran a las tareas administrativas con mejor o peor resultado. El Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Dirección de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ya han sufrido cambios de titular, y la situación no parece mejorar.
Cortar la nariz (o peor, la oreja) en lugar de buscar un remedio para la gripa no es la mejor política. Eso va por todas las administraciones: a nivel local igual se ha visto que quitan a uno y ponen a otro y nada pasa. A veces es al contrario.
En diciembre se anunció un recorte de mil millones de pesos al rubro federal de Cultura. Ya lo habíamos comentado en este espacio: hay mucho que cambiar pero no se vale llegar a desconocer lo que se hace bien y a quien lo hace bien. La austeridad republicana” es necesaria, pero ciencia, tecnología y cultura son necesarias para el crecimiento del país. Hay derroches sabidos, grupismo, compadrazgos y hasta nepotismo, pero antes de querer derribar a los que están tiene que haber un diagnóstico. Tiene que revisarse las estructuras y hábitos de la llamada “comunidad artística” pero no “descobijar” a todos.
Empezamos esta columna con la frase ¡sobres de los artistas!, que es una exclamación equivalente a “¡vamos!” pero también es a propósito de los sobres abiertos en las convocatorias (aún abiertas) de los Premios Nacionales de Literatura. Se supone que se participa con seudónimo y solo se abre el sobre (plica) del ganador, y los demás se destruyen sin abrirlos. En cambio, se filtró que en varias sedes apenas se recibían abrían los sobres (plicas), y la que pagó el pato fue Cristina Rascón, buena escritora que fungía como directora de Literatura del INBA.
Este viernes la biblioteca Vasconcelos, que recibe 6 mil visitantes diarios —y que ya había recibido críticas desde el nombramiento de su actual director, Marx Arriaga, por desarticular el sistema del anterior— publicó en sus redes: “Por causas ajenas a nosotros, la Biblioteca Vasconcelos permanecerá cerrada, y por tanto se cancelan las actividades culturales en su espacio, hasta nuevo aviso. Atentamente. Biblioteca Vasconcelos”. Estas “causas ajenas” son los bloqueos de trabajadores del sindicato de la Secretaría de Cultura, que también han bloqueado son el Museo Nacional de Culturas Populares y las unidades regionales de la Dirección de Culturas Populares.
Otras de las críticas han sido por el anunciado retorno de la Feria del Libro Infantil y Juvenil (Filij) al Centro Nacional de las Artes (Cenart), cuando al parecer estaba funcionando bien al norte de la Ciudad de México, donde fuera de Coyoacán todo es Cuautitlán.
La opinión de la senadora y teatrera Jesusa Rodríguez tampoco fue bien recibida: los artistas deberían recurrir a apoyos de la iniciativa privada, pues las becas del Fonca no deberían existir. La opinión personal de la senadora se dio casi al tiempo que se supo que el Programa Tierra Adentro había deshecho el compromiso de publicación con varios jóvenes creadores, lo que contribuyó al malestar entre la comunidad artística.
A principios de año el Congreso del Estado de San Luis Potosí reportó que, a diferencia de lo ocurrido a nivel nacional, en nuestro estado habría un aumento. Unos medios reportaron 12 % más, otros dijeron que 17 %. El presupuesto queda así en poco más de 315 millones de pesos para cultura. Pero ya se sabe que cuando hay recortes lo primero que se quita es la parte de cultura y habría que revisar cómo van los números al acabarse casi la primera mitad del año.
He visto de primera mano cómo en cuanto hay un recorte presupuestal, lo primero que se reduce es el programa editorial, o quitan al que está haciendo la chamba para asegurarle el puesto al que es más cuate del “de arriba”.
Volviendo a lo federal, además del sentimiento de que la actual administración quiere desmantelar buena parte de los organigramas y programas sin un diagnóstico efectivo, se aprecian profundos problemas de comunicación, pues todos los actores del sector Cultura parecen jugar a contradecirse. Lo de la renta del Palacio de Bellas Artes para el “no homenaje” al líder la iglesia La Luz del Mundo, aprehendido apenas unos días después en Estados Unidos por delitos sexuales, quedará como ejemplo de mala praxis en comunicación en tiempos de de crisis.
Una más: esta semana la Fonoteca Nacional (Secretaría de Cultura) presentó un audio con la supuesta voz de Frida Kahlo. Lo anunciaron como un hecho en inserciones pagadas. Los expertos en audio y quienes conocieron a la pintora niegan que sea su voz. Entonces ¿para qué arriesgarse? No está el horno para bollos, o como decía un amigo: si ven que la niña es risueña, ¿para qué le hacen cosquillas?
Quedan pendientes muchos temas pero hay más tiempo que vida (espero que también vida). Ya platicaremos sobre arte, “les artistas”, las desigualdades en promoción, los premios, los funcionarios-artistas, los favoritismos, el arte de barrios y comunidades, los museos, las escuelas…
Posdata: mientras escribía esta columna me enteré de otro feminicidio en la capital potosina, en el barrio de San Sebastián. Según la nota, el cuerpo estaba atado y presentaba signos de múltiples golpes y tortura. Con este ya van 13 feminicidios en este año, además de unas 70 denuncias de violencia de género. No hay resultados de la Declaratoria de Alerta de Género mientras el Instituto de la Mujer del Estado quiere 9 millones de pesos para fortalecer sus programas de prevención de delitos…
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