“Vital líquido”
Decirle al agua “el vital líquido” es un lugar común, una frase hecha que se recomienda no usar en textos “serios” porque ya está muy gastada (la frase; bueno, también el agua). Pero sí, es vital y apenas las autoridades del país y de nuestro estado reconocen la crisis que se avecina por la falta de líquido (de la falta de liquidez ya platicaremos). Mejor dicho: no se aproxima, ya está aquí.
Vienen empresas y surgen nuevos fraccionamientos cuando aún no se garantizan los servicios básicos en las ya existentes. Agua, sobre todo, para la cual dependemos principalmente del acuífero profundo, debido a intereses políticos y económicos, a la falta de lluvia y a las tuberías que deberían llevarla.
Según Guillermo Stevens, “92 litros de cada 100 provienen del acuífero, y sólo ocho provienen de aguas superficiales”. Ese texto, de 2012, como otros, diagnostica lo que la autoridades no han oído: hace falta planeación, apoyada en estudios serios y no en el dinero. Cito de nuevo: “se extrae más agua de la que se recarga naturalmente; a lo cual se suman serias deficiencias en los procesos de gestión urbana del agua, además de una red de distribución obsoleta, en la que se fuga aproximadamente 42 % del agua (Cirelli, 2004), más los patrones de consumo de la población y una fuerte competencia por el crecimiento industrial. En este escenario, la sustentabilidad pareciera no ser una prioridad”.
Las roturas y fisuras en la presa El Realito —ubicada en Guanajuato en 2012 y de donde se “abastece” a un importante sector de San Luis Potosí— son casi cotidianas. La obra solo ha servido para enriquecer a unos cuantos y nunca se han fincado responsabilidades y, peor, “viene” una crisis de varios meses porque vaciarán la presa para “repararla”.
Este viernes así lo denunciaron en declaración conjunta los integrantes del programa Agua y Sociedad de El Colegio de San Luis: “los constructores del acueducto […] son capaces de planear obra con una vigencia inducida […] aunque en el caso de El Realito se les pasó la mano, y comenzó a fallar muy pronto”. También dijeron que embalses (grandes depósitos) y trasvases (transferencia de agua de un depósito a otro) “no son la solución para detener el deterioro del acuífero profundo”.
El agua es un bien que no debe estar en unas cuantas manos, como pasó con la empresa Minera San Xavier (MSX). Hace poco el presidente Andrés Manuel López Obrador le recordó al Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, durante la Cumbre de Líderes de América del Norte, “que hay un estado llamado San Luis Potosí, que en su escudo tiene un cerro, el cerro de San Pedro, y que las autoridades del PAN, federales en contubernio con la empresa Minera San Xavier destruyeron el cerro”.
El actual gobernador, Ricardo Gallardo, ha reconocido que la remediación prometida por MSX ha sido simulada, y que “es la única compañía en el país que no deja ni un peso a las arcas públicas al estado”. Ni agua, literal. Tan solo en 2012 MSX “usó un millón 262 mil 709 metros cúbicos de agua extraída del subsuelo, se almacenaron 118 mil 764 metros cúbicos del líquido proveniente de las lluvias y reutilizaron 3 mil 487 metros cúbicos de líquido tratado”.
En otros lares igual la crisis del agua ya llegó, esperemos las autoridades (todas) estén a la altura. Me despido con unas líneas de José María Hinojosa:
Una gota de agua,
qué poco es
y qué pronto se acaba.
http://alexandroroque.blogspot.com
Correo: debajodelagua@gmail.com
Twitter: @corazontodito
Posdata 1: si me lee temprano, aún está a tiempo de llegar a la plaza de San Nicolás de Cerro de San Pedro para el festival ídem. Está pendiente la remediación y hay que exigirla. Y preservar la sierra de San Miguelito. Arte y rebeldía. Mínimo.
Posdata 2: el 22 de abril, un día antes del día mundial del libro, empieza el nuevo ciclo del taller literario en el Centro de las Artes de San Luis Potosí. Siguen abiertas las inscripciones. Son 12 sábados, de 11 de la mañana a las 2 de la tarde, incluye café y dos que tres regalos. Nos esperan algunas lecturas y quizá un par de publicaciones en colectivo.
Posdata 3: nunca la Procesión del Silencio había tenido tal “precesión” de ruido, con tanto jaloneo en su organización. Ya platicaremos.