Todo en paz

La descomposición de la clase política potosina continúa, cada semana hay algún nuevo escandalito prohijado por alguno de los tres poderes, por alguno de los servidores, o por alguno de los partidos.

El tema de la corrupción en el Congreso, en materia de asesores, derivado de la denuncia que realizó la organización Ciudadanos Observando, da para mucho; no sólo por lo que se sabe y evidencia, sino por lo que se puede sospechar que seguirá.

En esta semana se enfrascaron en una guerra de dimes y diretes, al más puro estilo de lavaderos quintopatieros, una diputada y un ex asesor. Según afirmaciones de éste último le engordaba la quincena a la diputada, a partir de moches sobre el sueldo del asesor; la diputada decía que eran pagos de un préstamo que se le hizo al asesor para que realizara estudios.

Como sea, la cosa va para largo; aquí vale le reflexión para considerar los alcances políticos y éticos de este tipo de situaciones, que ocurren con total independencia de los partidos y de las buenas intenciones proclamadas por todos lados. La tan ansiada de nueva cuenta renovación moral, a través de los integrantes de esta legislatura, le pintó una seña obscena al presidente. Y todos calladitos.

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La situación por la que atraviesa del PAN, también da mucho en qué pensar y más de qué hablar. Los chismes están sabrosos y a la orden del día. Ahora resulta que el presidente estatal del partido de las buenas costumbres y mejores conciencias, se le fue a golpes a un regidor del Ayuntamiento de  la capital, y de su propio partido. Mecapaleros de Abastos, ni más ni menos. 

La cosa tiene un origen: el distanciamiento que desde hace algunos meses ha pretendido marcar la dirigencia del PAN, con el alcalde capitalino; el regidor no sólo no apoyó a su dirigente, sino que le hizo notar su ausencia de liderazgo, por lo que Juan Francisco Aguilar decidió irse por la vía diplomática. Ese es el nivel de los partidos políticos, en los que además se gastan recursos públicos.

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Aprovechando que se menciona al alcalde, éste debe andar feliz, pues en el caso de la defenestrada oficial del Registro Civil, el Juzgado Primero de Distrito, declaró improcedente el amparo interpuesto por la quejosa, al considerar que los hachos derivan de una relación laboral, y no de un vínculo jurídico. Habrá que ver en qué concluye esto.

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Parece que finalmente se legaliza UBER en San Luis Potosí, pero es una lástima que la propia compañía y el gobierno del Estado a través de su SCT, hubieran tenido que esperar tanto tiempo, y atrocidades, para llegar a un acuerdo. Desafortunadamente, también, ahora se cargará un impuesto mínimo pero impuesto al fin– a los clientes de la aplicación. Como siempre, todo se reduce a centavitos. 

Donde de plano lo que no se puede ocultar es el poder del dinero, es en el asunto de la Sierra de San Miguelito. No se observa mayor interés en su protección; el proyecto inmobiliario sobre la zona de Cañada del Lobo cada vez cobra más fuerza, y no existe aún –según la organización ambientalista Cambio de Ruta– solicitud de gobierno del Estado ni de su Secretaría de Ecología (que al igual que su titular no sirven para nada) a la instancias federales para la declaratoria de Área Natural Protegida. Ya pronto se verá quienes son los que –aparte de los ya sabidos– se benefician con el negocio; pero como siempre, la ciudad y el medio ambiente, serán los perjudicados.

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Ya para terminar, una nota curiosa que leí por ahí. Según el secretario general de Gobierno, San Luis Potosí no enfrenta fuertes problemas delictivos como otras entidades. ¡Menos mal! Sabrá Dios qué piense o qué espere.

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Falleció el día de ayer, en la Ciudad de México, el fotógrafo documental Eniac Martínez, hijo del ex gobernador potosino Gonzalo Martínez Corbalá. Descanse en paz.

Dicen los que saben, y los que no, repiten, que hoy es sábado social, disfrútenlo, pero no se excedan. Saludos desde una muy tranquila Ciudad de México.