Alexandro Roque, fuera de sí en los días de epidemia

La contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 sorprendió a Alexandro Roque a punto de iniciar la promoción de su nueva obra: “Fuera de mí, eufemismos para ciertas locuras”. Pulso charló con él para conocer algunos detalles de ésta, su nueva aventura literaria.

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Alexandro Roque, fuera de sí en los días de epidemia

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Alexandro Roque es escritor, editor, fotógrafo y artista plástico, pero sobre todas sus ocupaciones, es primordialmente un maestro de literatura.

Por demás está mencionar lo chocante que resulta charlar con “autores” que tienen más libros escritos que los que han leído (que los hay). No es el caso de Roque.

El autor es un ávido lector, detalle que se percibe en su trato, pero sobre todo en su obra. Los cuentos de “Fuera de mi” remiten a otros autores, a obras clásicas y hasta algunas especializadas en el tema central de la obra, detalle que la vuelve absorbente y sustanciosa. 

Al momento de concertar la cita para el encuentro el autor promete llegar con su “outfit” para la temporada primavera-verano de 2020 y no falla. Su mascarilla protectora viene equipada con unos goggles hasta con protección solar, es decir, antirreflejantes con terminado espejo. El look ideal para estos días con aroma apocalíptico que vive el mundo. 

El tema se impone y el redactor no puede dejar de preguntar sobre la pandemia y su obligada cuarentena.

—¿Crees que la reclusión por la epidemia puede generar alguna obra literaria de valía?

—Pues he oído comentarios de todo tipo. He oído a gente que se ha visto bloqueada y hay gente que ha explotado su creatividad. Los “lives” con escritores, con gente del mundo editorial, están a la orden del día. Cada semana hay de donde escoger.

He escuchado a gente que está muy creativa y que se ha puesto a escribir. Yo he visto dos libros producto de la pandemia y casi todas las páginas de diarios hablan de ella.

Yo creo que hay que esperar, procesar las ideas, dejar asentarlas y ya después darlas a conocer. Lo que les he dicho a los chavos del taller es que hay que escribir. Es un momento difícil, pero diferente para todos. Suponer que somos normales, está canijo. No hay que desalentarnos lo mejor se va a hacer después. 

El autor reflexiona y se remite a otra época de crisis nacional: la Revolución Mexicana.

—Por ejemplo, con la novela de Revolución, hay momentos bien definidos, los que fueron protagonistas, los que vivieron la institucionalización y los que siguen más para acá, los que vivieron otra perspectiva. Hay que ver cuáles son los productos que surgen de esto, pero sí, surgen muchas ideas.

—Y emociones…

—Si claro. La escritura es un ejercicio solitario, tiene que concentrarse uno, pero no es lo mismo que estés encerrado “a fuerza”.

Normalidad y nueva normalidad

Señala Roque que hay quienes viven como monjes y entre ellos se encuentra él mismo. “Ahorita que te dicen que no puedes salir, se antoja. Saber que no tienes esa opción es lo que te hace desearlo. Es un momento de introspección en que la escritura puede servir como terapia, vale mucho la pena y hay que tratar de sacarle provecho a estos momentos, es como una forma de autoconocimiento”.

Alexandro Roque es un autor con trayectoria y por ello se le plantea ¿qué número de libro es?

—Híjole no llevo la cuenta, pero debe ser el seis o el siete en solitario, más los colectivos o que he compilado y que me ha tocado coordinar. 

—Tus libros son como conceptuales, la temática gira en torno a un solo tema y ahora es la insania mental.

—En general siempre ha sido una obsesión el sentirme raro, diferente, anormal. La pandemia en cierto modo no me agarra fuera de forma, estoy acostumbrado a no salir casi. Estoy acostumbrado a ir a clase, a la tienda y sanseacabó, aunque sí me gusta pasear.

—También tienes un gusto por la fotografía.

—También me gusta la fotografía, lo visual. Me entretengo viendo nubes. Disfruto esta sensación de que a lo mejor algo está mal en mí, pero es lo que me permite ver las cosas de otra forma y descubrir que cada cabeza es un mundo con todas sus obsesiones. 

Agrega el autor que le gusta mucho la literatura de Oliver Sacks. “Son casos reales, neurológicos que se recrean en la literatura. Creo que la escritura le permite llegar a esa parte y tratar de explicar. Para mi es catártico, la locura se parece mucho al arte y entre un genio y un loco la diferencia es muy vaga”.

Roque rememora que la literatura está llena de personas locos, como Don Quijote o el Doctor Danger, gente que se sale de lo normal. “Por eso me choca tanto la idea esta de adentrarnos en una nueva normalidad. Yo nunca me he considerado muy normal y ahora ya hay una nueva normalidad”.

Menciona que le preocupa que haya gente que sí puede perder de cierta manera su cordura con esta situación. “Está acostumbrada a otro ritmo de vida”.

Explica el escritor que su obra habla de personajes imaginarios, de situaciones de cambios y de mitologías, todo dentro de una “normalidad” que resulta debatible. 

—De cuando datan estos cuentos. ¿Son recientes?, se le pegunta.

—En general son de dos o tres años para acá. Hay algunos que son más antiguos. Por ejemplo, hay uno con el que gané un concurso hace 20 años. También el Premio 20 de Noviembre lo gané el año pasado y lo había ganado 20 años atrás con “Cuentos Tipográficos”. Quise hacer un poco el recuerdo de estos 20 años y también hay cuentos que he ido publicando en mi blog durante sus 16 años de existencia.

Narra que ante el freno que la pandemia le impuso a la promoción de su obra le planteó a su editor incluir en la segunda parte de la impresión unas 20 o 30 páginas más. “Ya se las mandé y probablemente sí salga una nueva ‘versión pandemia’ del libro con más obsesiones, alucinaciones y demás”.

—Sobre este cuento que dices que tiene 20 años, ¿cómo lo ves a esta distancia?

—No le hice ninguna modificación. Algunos de mis cuentos los hago sobre la marcha, lo que tengo es que los voy pensando durante mucho tiempo y a la hora de escribir, digamos que salen ya en frío. Algunas correcciones se hicieron en su momento, sobre todo de puntuación, pero la historia me gustó y se quedó como tal, aunque en general siempre los voy corrigiendo una y otra vez.

Chispazo o trabajo constante

—¿Qué opinas sobre los porcentajes de inspiración y transpiración que mencionan algunos autores que se requieren para escribir?, se le plantea.

—Es bien difícil encontrar el equilibrio ¡y mira que te lo dice un libra! La parte de creatividad y la parte de trabajo yo diría que tienen que ir a porcentajes iguales. El chispazo siempre es deseable y ojalá que llegue, pero no hay que confiarse. Por ejemplo, el cuento del premio lo estuve pensando durante semanas, pero no hice una versión previa. Creo que el día que se vencía la convocatoria me senté a la máquina y salió así y lo mandé. Fue una idea que fue madurando, por eso no lo trabajé tanto.

Alexandro Roque es reconocido como editor y compilador de obras colectivas. Con esta experiencia dice que todo trabajo literario necesita de muchas horas de trabajo. “Puede ser del autor mismo o de parte de un editor o corrector. El chispazo puede darse, pero hay que trabajarlo y trabajarlo”, puntualiza.

Asegura que ninguna obra maestra ha salido “a la primera” ya que se tiene que hacer y corregir e incluso algunas veces se tiene que rehacer por completo.

—¿Te ha tocado lidiar con el temido bloqueo de escritor?

—¡Claro! Y me ha tocado ahora durante la pandemia. Hay días en que de plano no me sale escribir, pero hay otros en que desde el día y hasta la noche me la paso escribiendo, dibujando o retocando alguna fotografía.

Señala que hay que aprovechar las rachitas de creatividad, pero no forzar la maquinaria. “Si creo que hay temporadas, pero para que llegue el trabajo, tiene que encontrarme trabajando. Hay que buscar algo inspirador no solo lamentarnos. Siempre hay algo que nos inspira, una noticia, algunos ejercicios en el taller, en fin”.

—Siempre es complicado publicar y ahora con el tiempo de pandemia me imagino que lo ha de ser más. ¿Cuál es tu experiencia en este aspecto?

—Yo publico poco porque no me interesa estar sacando material a cada rato. Voy trabajando mi material poco a poco, pero ahorita tuve la suerte de encontrarme con Samuel Hernández, el director de “El Diván Negro” quien me invitó. Yo había dado algunos cursos con él y tiene una editorial y una revista. “Me dijo que quería inaugurar una colección de literatura. Como editorial publican libros de psicoanálisis, teóricos y mucho ensayo y textos científicos, así como es de psicoanálisis dijimos pues vámonos con algo sobre locura. Recopile el material, él tenía algunas ideas y las desarrolle”. 

Y llegó la pandemia

Roque explica que el libro estuvo terminado antes de la pandemia a principio de año. “Esto fue antes de la cuarentena y se iba a presentar en la Feria del Libro de la Universidad, pero se cancelaron las presentaciones”. Sin embargo, el editor no se ha dejado amilanar por la situación. “A ellos les ha ido bien en ventas porque mucha gente los está conociendo en redes. Han hecho presentaciones virtuales en línea y en cuanto se pueda se harán presentaciones presenciales”. 

Explica el autor que él mismo ha tenido algunas lecturas en medios virtuales. “En mi canal de YouTube ya tengo algunas lecturas de mis cuentos y de participantes de mi taller”. 

Lo que viene para 2021

Alexandro Roque fue ganador del Premio 20 de Noviembre de 2019 en el área de Literatura. El premio consiste en un premio en efectivo y la publicación de la obra. Y sobre esto se le pregunta. ¿Tienes pendiente publicar lo del premio? 

—Ahí si no sé cómo va a estar. Se supone que debería estar publicado para el 20 de noviembre de este año, pero yo pedí retrasarlo porque no hay ferias ni presentaciones. 

Explica que quiere que su libro tenga fecha del año próximo, porque si sale en noviembre para el año que entra ya se verá “viejito”. “Si sale en noviembre y tiene la fecha de ese año, ya sólo le queda un mes para promoverlo. Mejor que tenga fecha de enero para que tenga todo un año de vigencia”.

La obra en cuestión es una novela histórica sobre una bruja guachichil que fue juzgada y ejecutada durante los primeros años de la Colonia por andar promoviendo una revuelta en los barrios de Tlaxcala y Santiago.

Sea pues ese nuevo trabajo, el pretexto para entablar una nueva charla con el autor en una fecha próxima…aunque claro, si las pandemias lo permiten.