El cartelista del cine “dorado” mexicano

Exiliado en México tras la guerra civil española, Josep Renau, diseñó buena parte de los carteles para la “Época de oro” del cine nacional

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El cartelista del cine “dorado” mexicano

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El actor y director italiano Massimo Troisi afirmaba que el título de una película es lo que provoca que la gente acuda a verla, al respecto decía: “Si no encuentras un buen título, entonces tienes que hacer una buena película, que es mucho más largo y arduo”. Además del título, otro elemento fundamental para la promoción del filme es el cartel, para su creación, el artista debe tomar en cuenta los valores comerciales de la cinta y plasmarlos en un diseño acorde a su estilo.

El valor comercial se refiere a todo aquello que es inherente al filme, desde el título, los actores, la trama, etc., es decir, todos aquellos incentivos que nos inviten a ver la película. Por su parte, el estilo tiene que ver con el autor, resultado de su historia e inquietudes, en otras palabras, su personalidad reflejada en su trabajo, Carlos Renau lo define como: “… el lenguaje utilizado para entablar con nosotros un diálogo estético y conceptual que nos atrae y nos atrapa…”, es el medio que convence al espectador de elegir determinado largometraje. 

La cinematografía en nuestro país tuvo su apogeo a mediados de los años treinta y finales de los cincuenta, periodo mejor conocido como “Época de Oro” del cine mexicano. Este auge se debió en gran medida a la estabilidad política de las décadas posteriores al movimiento revolucionario. Durante el mandato del presidente Lázaro Cárdenas las producciones aumentaron rebasando las fronteras nacionales. Las películas se colocaron en el gusto del público y México se posicionó como el mayor exportador de filmes para Latinoamérica. En 1938, la industria del cine mexicano era la segunda más grande después de la industria petrolera. 

La promoción de las películas durante ese periodo se caracterizó por carteles con intensos acentos de color, altos contrastes y gran expresividad en los rostros de los protagonistas. EL revolucionario diseñador detrás de tan representativas imágenes fue el artista español Josep Renau, quien otorgó una personalidad única a la industria fílmica mexicana en la primera mitad del siglo XX. 

Josep Renau Berenguer, nació en Valencia en 1907, Estudió en la Escuela de Bellas Artes San Carlos en Valencia, institución en la que posteriormente sería profesor. En un inicio sus trabajos estuvieron influenciados por el Art Decó, y a partir de su afiliación al partido comunista en 1932 sus dibujos, pinturas y carteles reflejaban también su fuerte convicción política. En 1936 fue designado Director General de Bellas Artes, durante su gestión encargó a Picasso una obra para el Pabellón de España en la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París, de la cual resultó uno de los cuadros más importantes en la trayectoria del cubista, el Guernica.

Al término de la guerra civil, Renau se vio obligado a dejar su natal España, junto a su familia y un nutrido grupo de republicanos, conformado por artistas, profesionistas e intelectuales, llegó exiliado a México en 1939, para ese entonces, Josep ya era considerado un pionero en el campo del diseño gráfico.

Ya instalado en nuestro país, se inició en el muralismo junto a David Alfaro Siqueiros, pero fue en el cartel cinematográfico donde se destacó exitosamente con una prolífica producción. En los casi 20 años que vivió en México realizó aproximadamente 300 carteles para la promoción del cine. En su obra gráfica es posible identificar la influencia de la estética art decó, el constructivismo ruso y el movimiento dadaísta. 

Su trabajo para la industria fílmica se destaca por la atrevida aplicación del color al uso de grises, medios tonos y altos contrastes. El uso de la “brocha de aire” o aerógrafo, le permitió dar mayor expresividad a los rostros de los protagonistas de los filmes y dotar de movimiento a las figuras. Logró dinámicas composiciones gracias a líneas diagonales que neutralizaban la bidimensionalidad del impreso. A través de diferentes planos en sus imágenes consiguió un mayor impacto visual

El trabajo de Josep Renau representa la “Etapa Dorada” del cartel cinematográfico en México. Dolores del Río, Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete, Tin Tán o Sara García fueron inmortalizados bajo la singular estética de Renau, quién residió en nuestro país hasta 1958, año en que se mudó a Berlín donde murió en 1982. Sus composiciones gráficas marcaron un periodo cinematográfico que difícilmente se repetirá. Sus diseños traspasaron la industria del cine y hoy en día llegan a ser imágenes emblemáticas para la historia de la gráfica mexicana.