Inicio con vaivenes
¿Revolución o revoltijo? La irrupción de la 4T en el gobierno de San Luis Potosí se concretó ayer en la toma de protesta de Ricardo Gallardo Cardona como el nuevo mandatario estatal, en una ceremonia que rompió el protocolo que había regido durante años.
La cascada de hechos notorios en el día inaugural de la Gallardía como gobierno es abundante: el nombre “mocho” de San Luis, el desplazamiento de las elites tricolor y blanquiazul por parte de sus pares guindas, rojos y verdes; el discurso que ocupó más tiempo en presentar a los invitados que en el mensaje político del nuevo inquilino de Palacio.
El saludo, primero, a la artista y al cantante famosos, dejando en segundo plano a la jerarquía militar en el estado; el sustancioso lapso de homenaje a los pueblos originarios potosinos; el mensaje que osciló del rencor a la reconciliación; del detalle en la denuncia de lo que hizo mal el antecesor a la ambigüedad sobre qué harán sus sucesores para mejorar al estado.
En suma, un torbellino de signos, dichos y actitudes que acabó de derribar lo poco que quedaba en pie del establishment político potosino y que deja en la incertidumbre qué se va a erigir en su lugar.
La noche antes
El asedio verde a Palacio de Gobierno se había concretado la noche del sábado, en la ceremonia de mandos policiales.
Ahí, la nueva élite potosina, apadrinada por los notables de la 4T y del PVEM, se hizo del corazón político del estado.
Los nuevos encargados de la seguridad y de la política interna recibieron sus respectivas estafetas. Gallardo Cardona recibió también de Juan Manuel Carreras López, el ejemplar de la Constitución Política del Estado, que juraría cumplir y hacer cumplir.
El pase de lista a las tropas policiacas que hicieron los dos gobernadores, el saliente y el electo, se vio interrumpido de repente. Un ayudante se acercó al llamado del nuevo gobernador, que apuntaba en dirección al quiosco de la plaza.
Detrás de las barandas que delimitaron el acceso al sitio de la ceremonia estaba Ricardo Gallardo Juárez, padre del mandatario electo, celular en mano, grabando el paso de su hijo. Había llegado tarde a la ceremonia y no se atrevía a interrumpirla.
Pero el hijo se dio cuenta y ordenó ubicarlo al frente de la puerta de Palacio, detrás de los protagonistas del evento. Cosas de la casualidad: quedó detrás de Carreras López, al que después de la elección había insultado, exigiéndole “que no se robara la elección”.
El evento terminó y los nuevos inquilinos entraron a Palacio, a lo que todo indicaba era la fiesta de la conquista.
Carreras López, con un lacónico “gracias por todo” a los reporteros, dobló por la esquina de Hidalgo y Madero, para entrar en el lugar que la historia de San Luis le depare.
Nombres, nombres, nombres
Pero la gloria se abrió ayer, con la entronización de Gallardo Cardona como el nuevo “tlatoani” de la 4T en San Luis Potosí.
Y sí, lo que ayer vieron los potosinos en Plaza de los Fundadores siguió los pasos definidos por el “tlatoani” mayor de la Cuarta Transformación: Andrés Manuel López Obrador.
Así, si bien el tono dominante de la ceremonia fue el verde, el color guinda subyació en
la celebración.
Y vaya que hubo transformación. Era de esperarse que la imagen institucional cambiara. El “gusanito” tricolor carrerista dio paso a un diseño con un motivo verde y rojo, inspirado por los tejidos huastecos.
Lo radical estuvo en el eslogan: “Potosí para los potosinos”. ¿Y el San Luis, dónde quedó? Algo explicó Gallardo en su discurso, que usó la frase varias veces. Potosí, como las minas de la ciudad boliviana, equivalía a abundancia, que a partir de ayer beneficiaría a todos los habitantes del estado.
También hubo novedades en el acomodo de los invitados. Desde luego, la cortesía implicaba favorecer a los que vienen de fuera, sin descuidar a los notables locales.
Pero en esta ocasión, el protocolo se rompió debido a la avalancha de figuras foráneas de la 4T que vinieron a celebrar a su par.
De los 31 minutos que duró el discurso de Ricardo Gallardo, dedicó 16 a presentar y a saludar a sus invitados y los 15 restantes, a su mensaje a los potosinos.
En el desfile de nombres estuvieron la enviada presidencial, la titular de la Semarnat, María Luisa Albores, los gobernadores de Hidalgo, Zacatecas
y Michoacán.
Los embajadores de Armenia, Líbano y Qatar, a los que el nuevo gobernador prometió intercambio comercial. Con el último acordó una posible invitación al Mundial.
Una pléyade de senadores y diputados de Morena, el Partido del Trabajo y por supuesto, el Verde. Las menciones más efusivas fueron para el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, y a su “líder moral”, el polémico Jorge Emilio Gonzáles Martínez, el polémico exniño Verde.
Itatí Cantoral, la actriz, y Julión Álvarez, también fueron saludados y muy aplaudidos.
Desde luego, la familia.
Del ámbito local, un puñado: el arzobispo Carlos Cabrero y a los diputados locales y eso porque fueron los que le tomaron la protesta. Al final, los comandantes militares asentados en el estado.
El desplazamiento también fue físico: los nuevos VIP tuvieron los sitios de privilegio, mientras que los empresarios y funcionarios de otros poderes y organismos fueron relegados a un sitio secundario.
Discurso bipolar
Los 15 minutos que usó el nuevo gobernador fueron un vaivén de posturas.
Gallardo Cardona proclamó el triunfo pacífico de una revolución contra “los poderosos de siempre”, pero también decretó el fin de “chairos y fifís” en el estado.
Denunció la “herencia maldita” de una deuda monstruosa y el saqueo institucional que recibe del gobierno carrerista, afrentas al pueblo potosino que “nos vamos a cobrar”, pero que serían las autoridades correspondientes las que se encargarían de hacerlo, porque su gobierno no iba por la venganza, sino que miraría para adelante.
La sesión de promesas fue corta y difusa: becas, obras y pensiones para el pueblo potosino.
En la única mención que hizo de la iniciativa privada, aplaudió la Alianza Empresarial, el organismo que aglutina a las cámaras y ofreció un paquete de obras por cuatro mil millones de pesos en infraestructura.
No faltó el ofrecimiento del “Nuevo Comienzo”, de la “Nueva Sociedad” en la que todos los potosinos tendrán justicia e igualdad de oportunidades.
En seis años veremos el resultado.
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