Casi, pero no

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A veces lo difícil no es escribir sino elegir un tema entre tantos que surgen cada semana. Esta semana hubo un sismo que afectó sobre todo a Oaxaca y atentaron contra el jefe de Seguridad de la Ciudad de México, por citar dos temas. Ya se anunció que si Dios quiere (como se decía antes) la Feria Nacional Potosina va a ser en diciembre. 

Cada día cambia todo, pero siendo sinceros, no puede hablarse de grandes sorpresas. Sin vacuna o cura, al alargarse la cuarentena la gente que pudo hacerla tenía que cansarse, y la economía no podría soportar mucho tiempo sin colapsar. Aún con incertidumbre, con el incremento mundial de contagios y de muertes la inercia del sistema es algo que ya sabíamos. Se habla de nuevos brotes, de rebrote, de segundas olas del SARS-Cov-2 en Pekín, Italia o Estados Unidos; Alemania, España y Francia habían salido y ya están pensando en programar “cuarentenas dinámicas” ante los nuevos casos; sin embargo, esta semana buena parte de México estará oficialmente en semáforo anaranjado. 

Entre viernes y sábado en San Luis Potosí hubo 233 registros de nuevos casos y 12 defunciones, para un total de 2763 casos de contagio, 163 muertes y 72 personas en espera de resultados del examen. Esto es, hay 416 casos más que hace 10 días, en 54 de los 58 municipios del estado.

Los rangos de edad presentados en las gráficas de la conferencia mañanera local no son muy claras en algunos aspectos, o podrían ser más precisas para entender mejor lo que está pasando. Se muestran solo 11 rangos gruesos de edad y los porcentajes, pero no sabemos el número exacto en contagios o edades de fallecimiento. Sigue sin informarse sobre los casos activos. En cuanto a las defunciones, se nos muestra una gráfica de barras sin números, y se dan los porcentajes de letalidad.  

Parecería que los grupos de edad no son los adecuados para conocer cuál es la situación real de la pandemia. Es sabido que la Covid-19 afecta más entre más años y más padecimientos preexistentes o malos hábitos se tengan, pero la presentación de datos es más minuciosa en los niños y agrupa rangos que deberían ser diferenciados para hacerlos más visibles. 

Los primeros grupos de edad que nos presentan las autoridades potosinas son “menos de un año”,  “1-4 años”, “5-9”, “10-14”, “15-19” y “20-24”. Hasta aquí todo bien. El problema viene con la siguiente categoría: “25-44”, donde de golpe y porrazo entran aproximadamente unos 1200 casos de personas contagiadas, casi la mitad del total. Jóvenes en lo que se denomina “edad productiva”. De estos 1200, apenas 100 han requerido hospitalización, lo cual indica alto grado de contagio aunque con pocas defunciones, relativamente.

En la página federal hay 24 rangos de edad, de los cuales no se han usado cuatro, que incluyen a personas de 100 años o más, hasta los 120. Lo que aquí es una categoría allá son cuatro. Así podemos ver que los contagios en San Luis Potosí han sido más en personas de 35 a 39 años (318 personas), de 30 a 34 (313), de 25 a 29 años (296) y de 45 a 49 años (284, ¡gulp!). Según dicha gráfica, el mayor número de hospitalizaciones se da en pacientes de 50 a 69 años.

El otro problema es que hay una sola categoría para personas “de 65 y más”, cuando desde hace años se ha alargado la esperanza de vida, que según el INEGI es de 76 años, pero todos sabemos de personas de 80 o más. El crecimiento de la esperanza de vida es tan cierto que hasta ha puesto a temblar a las Afores, por eso deberían mostrarse más rangos en esa categoría tan generalizante.  

Para otras entregas podríamos platicar o escribir (colaboraciones y comentarios, bienvenidos, escritos o en video) sobre acusaciones (y defensas) a políticos, funcionarios y asesores; racismo, la libertad de expresión contra la incitación al odio, el humor al que estábamos acostumbrados, las adelantadas campañas, los nuevos impuestos, las ciclovías, las acusaciones contra J. K. Rowling, la nueva publicidad de Calvin Klein, el cambio de voces en las caricaturas, la apropiación cultural, los feminicidios, los recortes a ciencias y artes, el cierre en que siguen oficinas gubernamentales (que uno como usuario consideraría esenciales), la inseguridad, las barrabasadas que sin ton ni son sueltan los políticos de todos los colores y un largo etcétera.

Si la antigua normalidad no era muy de mi agrado, la nueva normalidad estoy batallando en entenderla. Me preocupa el paso del tiempo y quiero tener más datos e historias para hacerme de ideas. O hacerme a la idea, la que sea.

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Correo: debajodelagua@gmail.com