Cortesías

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La visita del director nacional del IMSS, Zoé Robledo, confirma que el gobernador Juan Manuel Carreras, si no es de los apapachados y favoritos del presidente de la República, al menos si lleva una relación de primera con él.

Mucho se le puede criticar al gobernador, y mal haríamos si no después de como tiene al Estado, pero es de reconocérsele la mano izquierda con la que se ha conducido frente a gobernadores, secretarios federales, y presidente. Eso desde luego se traduce en beneficios a nuestro estado y, desde luego, permitirá que al margen de los muchos desaciertos que ha tenido en su sexenio, pueda cerrar con broche dorado. 

Esa ha sido una constantes del gobierno carrerista, no se ha echado malas con nadie, ha dejado hacer, ha dejado pasar, e incluso ni siquiera se ha rebajado a responder a quienes lo han ofendido. El estado se encuentra casi, cada vez falta menos, en manos de los malandros, pero tampoco hay intensivas campañas policiacas contra ellos; nadie podrá decir que no se adecúa a la política federal de puros abrazos y cero balazos.

Es también lógico suponer que en el proceso electoral tampoco meterá las manos, su sucesor será quienes determinen el presidente, o la ciudadanía en las urnas; esto garantiza, que Carreras después de dejar la gubernatura, no será molestado en absoluto, no sólo en la esfera de lo local, sino tampoco en el ámbito de lo federal. 

Sólo faltaría que en el propio gobierno federal lo invitara a trabajar en alguna de sus dependencias, para que después lo premiaran con alguna senaduría.  Miren ustedes, podría parecer disparatado, pero no es remota la posibilidad, lo quieren.

De continuar las cosas así, sin embargo, y la balanza electoral dejaría en desventaja al panismo potosino, que hoy se constituye en el estado como la única fuerza real de oposición. No se necesita ser muy inteligente para darse cuenta que el PRI, al menos en San Luis Potosí, no representa problema alguno, y no por Carreras, sino por el partido mismo. Los restantes se alinearán con el candidato del centro. 

Desafortunadamente para el PAN, considerando que hay un solo olote, y son muchos puercos, cada vez se ve más lejana la posibilidad de un candidato de unidad. Ya comenzaron a darse con todo, y dentro de poco se andarán matando entre ellos. A esto agreguemos la falta de liderazgo en su dirigencia local, la que ya debería haber comenzado a descartar a los que no les trabaja muy bien el cerebro, comenzando por el Alto vacío. 

Resulta hasta enternecedor que algunos y algunas piensen que pueden llegar a alcanzar la candidatura,  parecen no darse cuenta que la lucha será entre Octavio y Navita, esto, suponiendo que en algún momento el panismo lo arrope.  Pero mientras no deje de jugarle al candidato sin partido, pues va a estar difícil. 

Por cierto, pareciera que el Dios nos libre de México Libre dio resultado y nos libró. Si bien a muchos preocupaba la maternidad/paternidad de los Zavala Calderón, y su orientación política, el problema de fondo –me parece– es la proliferación de partidos políticos en México. Ya no deberían autorizarse más, como los dos autorizados en la misma sesión en la que se negó el registro a ML, y muchos deberían desaparecerse; tres son muchos.     

No entiendo el por qué se abrirán los panteones los primeros días de noviembre; los muertos, muertos están y así se quedarán, no hay riesgo que se vayan y no se les pueda visitar posteriormente. Veámonos en el espejo de los países europeos, un rebrote sería peligroso; nos gusta jugarle al faquir.     

De nueva cuenta comento que una de las columnas del cuerpo central de la columna a la Independencia, del jardín de San Juan de Dios, está a nada de desprenderse. Digo, tampoco me hagan caso, pero va a ocurrir un accidente mayor. 

Gracias por la lectura.