Dice la Luna

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Sepa Usted que escribo desde la aldea interna de mi mente y entre las hojas verdes de diferentes lechugas, trozos de manzanas, zanahorias y otros ingredientes que invaden la vista y la mesa; les escribo sin saber a dónde llevarán las palabras.

El tiempo se ha puesto de modo dejándonos sentir la humedad que tanta falta nos hace en este paraje de la geografía mexicana. 

Tenemos un tiempo a la mexicana: polarizado, extremoso e inquietante a ratos. Entre los pendientes de escritorio, asuntos domésticos y las series de netflix que nos revelan lo que ya conocemos de la realidad mundial o de nuestro país.

El alma necesita un descanso como el que se le niega al cuerpo de JJ. La feria de la Ciudad de México se convirtió en escenario de terror que miramos desde cualquier pantalla casi en tiempo real.

Los mosquitos han vuelto reclamando su territorio en las recámaras o en los sitios al aire libre. Y el repelente en diferentes presentaciones vuelve a estar en la lista de pendientes a la hora de ir al súper.

A la vuelta de la esquina los “almacenes de prestigio” se preparan para la revolución, el día de muertos y las fiestas navideñas: una detrás de otra, nos llevarán al consumo irracional para no quedarnos atrás en la compra de coronas de adviento, disfraces de Halloween y gorros de Santa.

El año empieza a cerrarse. Los planes o propósitos de año nuevo parece que fueron escritos hace una semana y quizá nos tome el 31 de diciembre con los dedos en la puerta.

Pero es primero de octubre, el mes de las lunas espectaculares, misma que aparecerá entre una semana de éstas. No hay que perdérselas como se pierden las ideas mientras uno escribe para decirles que mañana cumpliría años M. Gandhi, el maestro de la desobediencia pacífica tan mal entendida en estos tiempos posmodernos y lo que ello signifique.

Antes de dormir no olvide escribir sus pendientes para que de madrugada no le despierten con esa voz de alarma que las madrugadas traen consigo como si de película de horror habláramos.

Y al despertar, escriba sus sueños en una libreta mágica y tienda su cama, pues dicen que iniciando así, podemos darle mejor estructura a nuestro día. No olvide consultar al hombre -o a la mujer no vaya siendo que lo acusen de discriminación- del tiempo que, aunque ha reducido su margen de error, no atina a aconsejarnos bien a bien qué usar o cómo vestirnos, sorprendiéndonos los aguaceros o los vientos del norte a media mañana.

Vaya Usted a saber.