Ecología de las Aves de Corral

Escrito con 

Paulina González

La industria de las Aves de Corral es una industria amplia y prolifera alrededor del mundo entero, esta se encarga de producir y criar aves como gansos, pavos, patos y pollos para satisfacer a los consumidores mundialmente a través de la carne, huevos y/o plumas de estos animales. Esta industria recibe mucha atención por parte de ambientalistas y protectores de los derechos de los animales, como es el caso de los gansos y el producto foie gras (paté), ya que, generalmente para hacer el foie gras los gansos son alimentados de forma forzosa para crear un hígado graso en el animal (en donde se crea el paté), por lo que los alimentos son empujados en sus gargantas causando daños esofágicos (aparte de ser una tortura constante).

Sin embargo, son los pollos los que se llevan el primer lugar en esta industria, pues ellos representan el más alto porcentaje de consumo de las aves de corral, especialmente por su carne y sus huevos. Y como cuenta Roberto A. Ferdman en su artículo “La dominación global del pollo que se avecina” (2014) para el periódico The Washington Post: el pollo en general es una carne barata y su huella de carbono es la menor después de la carne de cerdo, vaca y cordero.

Se estima que se crían en promedio 19 mil millones de pollos en el mundo entero cada año, de los cuales tan solo 8 mil millones son criados y consumidos en Estados Unidos. Lo cual genera 2.5 pollos por cada humano del plantea al año. Estas son algunas de las principales cuestiones ecológicas que rodean a esta industria: 

l El maltrato animal: especialmente aquellas “granjas” de cultivo intensivo, en donde miles de pollos se encuentran en cobertizos gigantes muchas veces sin ventanas; al ser tantos animales confinados, no pueden encontrar una estructura social por lo que se frustran y se picotean entre sí, causando lesiones y muertes. Este confinamiento causa inmundicias y enfermedades (casi nunca limpian estos lugares). Como citan en la página oficial de PETA a Michael Specter, escritor del aclamado periódico The New Yorker quien visitó una granja de pollos y escribió: “casi me tira al suelo el olor abrumador de las heces y el amoníaco. Me ardían los ojos y los pulmones, no podía ver ni respirar… debió haber 30 mil pollos sentados en silencio en el piso frente a mí, viviendo en oscuridad casi total, y así pasarían cada minuto de sus 6 semanas de vida”.

Por otro lado, PETA cuenta que los pollos “reproductores” de los pollos usados para parrilla en Estados Unidos (y muchos otros lados del mundo) son confinados sin acceso a luz natural, y generalmente a los 10 días de nacidos unas cuchillas calientes les cortan los picos a los pollos para que no se piquen entre sí mismos por la frustración del confinamiento, donde viven y se reproducen cerca de un año y después son enviados al matadero. 

Cuando los pollos son llevados en camiones abarrotados al matadero muchas aves llegan muertas. Pueden durar más de 12 horas en esas jaulas transportadoras antes de encintarlas para matarlas (no mencionaremos las formas para no entrar en tanto debate).

l Uso de antibióticos: hoy en día cerca del 80% de los antibióticos usados en Estados Unidos son utilizados en animales (antibióticos que después pasan a los humanos que consumen sus carnes). Según HuffingtonPost, todos los gigantes de aves de corral afirman usar antibióticos para limitar enfermedades y mantener a los pollos saludables (y aumentar el volumen de aves, ya que los antibióticos promueven el aumento de peso en los pollos). Pero solo el 7% de los 390 medicamentos que contienen antibióticos aprobados para uso animal, han sido revisados por la FDA para checar su probabilidad de crear resistencia a antibióticos. 

l Arsénico: según un reporte de la FAO, en Estados Unidos el 70% de la producción de aves de corral usa arsénico para promover su crecimiento y controlar parásitos intestinales, sin embargo, cerca de tres cuartos de este arsénico que es alimentado a estos animales pasará a través de sus desperdicios y heces, el cual después es utilizado como fertilizante para cultivos.

Por otro lado, hablemos de otro producto de las gallinas: los huevos. Millones de huevos son consumidos diariamente en todo el mundo para desayunos, ensaladas, estofados, etc., y según datos de PETA, en esta parte de la industria, obviamente los machos no tienen uso alguno al no poder poner huevos, por lo que son arrojados a molinos de alta velocidad. Las gallinas, especialmente en marcas industriales e intensivas, son sometidas a luz artificial constante para que lleguen a un estado de maduración sexual rápido y empiecen a poner huevos, también son abarrotadas varias gallinas en el mismo lugar, por lo que no pueden mover ni sus alas, y ahí es en donde pasan casi dos años poniendo huevos (muchas enfermas y bajo demasiado estrés) y aquellas que sobreviven después son enviadas al matadero. 

Según datos de la página Libre de Crueldad (Free from Harm):

l La industria global de huevo “desecha” cerca de 6 mil millones de pollitos machos recién nacidos cada año.

l Bajo la mercadotecnia de exclamaciones como “libre pastoreo” o “libre de jaulas”, los consumidores imaginan que las gallinas pasan sus días felices en un campo abierto y bajo el sol natural, sin embargo, como cuenta PETA, para la industria del huevo especialmente aquellos que producen a gran escala, estas afirmaciones por supuesto que dicen que la gallina crece sin jaulas (como en el esquema tradicional visto más arriba), pero están completamente confinadas y abarrotadas en cobertizos sin ver luz ni aire natural, y de igual forma sus picos pueden ser cortados para que no se piquen entre sí. 

 Según World Atlas, Japón tiene el primer lugar del mundo en consumir huevos con estimado de 320 huevos promedio por persona al año; en segundo lugar se encuentra Paraguay con 309 huevos en promedio por persona al año; y en tercer lugar está China con 300 huevos en promedio por persona al año.

Como vemos, y hemos visto en la mayoría de los temas, el problema para la salud y la ecología de nuestro planeta no es la carne de pollo ni el consumo de huevo, sino la industria avariciosa y poco humanista en la que se ha convertido alimentada por el consumo excesivo de todos. Es la cantidad la que hace al veneno, y todos los antibióticos y malos tratos que enferman a los animales y después son sacrificados y dados de alimento a los humanos lo que nos enferma y habla del estado del planeta.

Toma Acción:

l Aunque creas estar consumiendo huevos “orgánicos” y de “libre pastoreo” ASEGURATE de que así sea, pues, aunque sean establecimientos pequeños eso no asegura que las gallinas estén viviendo felices y libres.

l Bájale al consumo de carne y huevo. Y lleva una dieta variada.

l Está consciente que detrás del excesivo consumo de pollo está una labor de comercialización de las grandes empresas transnacionales. KFC, BACHOCO etc; que nos están vendiendo la falsa idea de que el pollo es la mejor manera de consumir carne.