Ecología de los pañales desechables

Compartir:

Hoy en día cuando pensamos en un bebé, invariablemente se entra en el tema de los pañales desechables. Todo bebé moderno usa pañales hasta que aprende a ir completamente al baño durante todo el día, pero durante este periodo, se estima que un solo bebé utiliza en promedio 4,000 y 6,000 pañales, ahora imagina que cada día nacen en promedio 300,000 bebés en todo el mundo cada día. Según datos de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, se estima que cada año se “arrojan alrededor de 20 MIL MILLONES de pañales desechables en vertederos”, cantidad de basura, la cual en su mayoría es no biodegradable (un pañal desechable puede durar hasta 500 años en la tierra) y según The Natural Baby Company, esto es suficiente para llenar 30 veces el edificio Empire State. 

Lo cierto es que las corporaciones han visto en esto una forma de ganar dinero, para que te des una idea, el mercado de pañales para bebé se valoró en más de $48 MIL MILLONES de dólares en 2017. Una de las marcas lideres del mundo “Pampers” de Procter & Gamble es utilizada por más de 25 millones de bebés en 100 países TODOS LOS DÍAS, según datos de P&G. 

Según The Good Human, cada año se utilizan más de 200,000 árboles (para la pulpa absorbente, etc.) y 3,400 millones de galones de combustible, lo que significa que el desechable usa “20 veces más materia prima, 2 veces más agua y 3 veces más energía para fabricarlos a comparación con los pañales de tela y ecológicos”.

Por otro lado, tenemos que los pañales desechables están hechos principalmente con plástico y productos tóxicos para los bebés que liberan químicos orgánicos volátiles; contienen colorantes y dioxinas, un subproducto del proceso de blanqueo con cloro (como el papel de baño), estas dioxinas son conocidas por ser cancerígenas. A esto se le puede agregar que hay colorantes para hacer los dibujos y ciertas costuras y algunos perfumes. 

Gran parte del problema, ya que como vemos en la salud también pueden jugar un papel importante, es la inmensa cantidad de basura que se genera, ya que estos 20 mil millones de pañales no desaparecen una vez que tu los tiras afuera de tu casa, estas generalmente (y como el resto de la basura) no son tiradas de forma segura, ya que la mayoría de la basura termina en ríos y después en el océano, convirtiéndose en unos de los elementos más perjudiciales en la basura marina, como asegura Jo Royle, director de Common Seas. Y, queda la cuestión, de que, aunque los pañales desechables sean tirados en la basura y no directamente en los ríos como sucede en miles de comunidades, estos pañales pueden durar en el planeta hasta 500 años, por lo que hay que plantearnos mejores formas de lidiar con el problema. 

Una de las marcas claves de su éxito es invariablemente la CONVENIENCIA de lo rápido que es desechar el problema, sin embargo, día con día los padres que preocupan por que esta conveniencia tenga un impacto tal en el medio ambiente que no pueden seguir volteando la cara ante el problema. Hoy en día existan varias marcas que promueven un pañal “biodegradable” pero recuerda tener cuidado con estas afirmaciones ya que las empresas utilizan el famoso “Green washing” o lavado verde en donde afirman con frases ecológicas e imágenes verdes que son amigables con el medio ambiente, sin embargo, la mayoría puede ser caso de un lavado para que el comprador se sienta tranquilo con su compra (puedes leer el artículo de Green Washing en el blog). 

Otra opción es el adquirir pañales libres de cloro y de colorantes, o adquirir los pañales re-utilizables que día con día ganan éxito al prometer y cumplir con la promesa de ahorrar dinero a largo plazo, ya que un solo de estos pañales te puede durar hasta 5 años, y muchas de estas marcas tienen incluso garantías.

Decidir no usar pañales desechables con un bebé puede ser visto como una tarea más en la ajetreada vida, sin embargo, recuerda que el pañal desechable es un invento de hasta unos 50 años, y que cuando nace en ti el ambientalista, poco a poco vas cambiando hábitos. 

Una posible solución sería separarlos de la demás basura e incinerarlos aprovechando los componentes de el pañal y los propios desechos fecales que contiene, de esta manera podríamos convertir en energía todo el problema, mas implica soluciones de logística no muy fáciles. Lo importante por lo pronto es concientizarnos que al tirarlos a la basura no solucionamos nada ecológicamente.