(Entre paréntesis)

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Los paréntesis son signos ortográficos que sirven para intercalar una acotación, un inciso o un elemento (aclaratorio o incidental) en una oración. Cada signo de puntuación tiene lo suyo (usos y prohibiciones), y depende de lo largo que sea y lo cercano que sea al texto en que esté intercalado, este elemento puede ir entre guiones, corchetes, paréntesis o simples comas (ésta se llama oración parentética).

Para escribir, como en todo, hay que conocer las piezas y las reglas del juego. Me gustan los paréntesis en la escritura. Son, diría Joaquín Antonio Peñalosa, como el gato escondido con la cola de fuera. Permiten otro ritmo, (a veces) ayudan al texto con un fecha (nacimiento y muerte, los más comunes) o una digresión (una referencia, un chiste).

De marzo para acá muchos nos sentimos como entre paréntesis, una etapa de pausa que esperamos se cierre pronto para seguir con el texto personal o colectivo, ese que habíamos venido construyendo poco a poco durante el resto de nuestros años de vida.

Cuando vemos que tanta gente se despreocupa y se va de fiesta, y tanta que difunde información falsa, el desánimo puede hacer mella y hacer que queramos quedarnos en el paréntesis. Tantos meses y tantas muertes y aún hay rumores sobre cubrebocas, sanitización  o termómetros, por no hablar de productos milagro o teorías de la conspiración nacionales o internacionales. 

En decesos confirmados por la Covid-19 a nivel nacional el número oficial es de más 38 mil (aunque en casos estimados ya superamos los 40 mil). En San Luis Potosí regresamos a partir de mañana al semáforo rojo. Hay zonas donde parece que no pasa nada, y la distancia y el uso de cubrebocas no parecen importarle a la mayoría. 

Pareciera que cada día se rompen los récords y no se aprecia la curva (aunque la presuman menor a la de otros estados) en esa línea que va cada vez más vertical: apenas en tres días se han registrado 593 nuevos casos, 200 pacientes y 33 muertes. Los totales: 5381 casos, 903 casos activos, 334 defunciones (sin contar las ocasionadas por la inseguridad, que también son muchas) y  323 hospitalizados.

Habrá que esperar (¿uno, seis, diez años?) para saber bien cuántas muertes ha habido y cuántas habrá hasta 2021.

Ora vez en semáforo rojo. Parece difícil reducir la movilidad y regresar a su casa a quienes ya andan fuera. Para ganar medios sueldos, con cubrebocas o sin él, muchas personas ya no quieren volver a guardarse en casa. 

¿Qué (…) sigue? A veces el paréntesis contiene solo puntos (tres), que indican que algo no se ha escrito por no ser necesario para el texto principal. El paréntesis encierra así (los signos del) suspenso.

Dentro de una cita textual los paréntesis cambian a corchetes, para subrayar que la parte omitida la hace quien escribe el texto principal y no quien escribe el texto citado. Como en este texto de Wislawa Szymborzka (“Día 16 de mayo de 1973”), del que cito algunos versos: 

«Una de esas muchas fechas

que ya no me dicen nada.

A dónde fui ese día,

qué hice, no lo sé.

Si en los alrededores 

se hubiera cometido un crimen,

no tendría coartada.

[…]

Quizá ese día

encontré algo que había perdido antes.

Quizá perdí algo que encontré después.

Me embargaron sensaciones, sentimientos.

Ahora todo eso es

como puntos entre paréntesis».

Hace unos días el artista visual tapatío Ignacio Solórzano (más conocido como Jis) sacó una serie de cartones sobr el punto y coma. En uno un profesor (¿o tallerista?) dice a su audiencia: «Aparentemente sencillo, es de los signos de puntuación más misteriosos. Tiene que ver con la respiración, la visión de conjunto y, cómo no, el capricho». Alguien pregunta: «¿De qué hablan?» y otro personaje le responde: «es el seminario sobre el punto y coma».

En otro mono o cartón, el personaje dice: «Estamos dando inicio al seminario especializado en el punto y coma; serán seis meses de clavazón». 

Así de clavado se vuelve uno; así (tantas veces) falla o acierta. En fin, entre comillas o entre paréntesis, iniciamos otro ciclo en semáforo rojo. A cuidarnos. 

https://alexandroroque.blogspot.com

Correo: debajodelagua@gmail.com

Posdata: Los recortes al Instituto de la Mujer, al Conacyt, al INAH y a Cultura, entre otros, son parte de esta política de quitar la mala yerba a machetazos. Hace falta consulta y debate en serio, con crítica y autocrítica. Algo muy cierto es que necesitamos cuestionarnos las categorías de la llamada «intelectualidad».  Bienvenidos los comentarios.