Mensajes divinos

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Apareció Santiago Nieto junto al fiscal y al gobernador para comentar sobre el par de investigaciones que pesan sobre Ricardo Gallardo. Discúlpeseme por mencionar antes que al gobernador al titular de la Fiscalía, pero por ser partido que se juega en sus terrenos y por ser –según dicen– un ente autónomo, era lo pertinente.   

Creo, de cualquier forma y al margen de un primero sin segundo o un segundo sin primero, que era algo si no planeado, al menos adecuado a un libreto del cual tenía conocimiento el gobernador. En ningún estado, ningún acto de funcionarios estatales, y menos de federales visitantes, ocurre sin que el gobernador lo sepa y autorice.

Los mensajes no son en realidad para Gallardo, porque seguramente lo sabe, él es sólo el elemento generador, el receptor de fondo es Mario Delgado, aquel con el que se placeaba –exhibiendo sus amoríos, el polluelo. Los agravios al altísimo cobran facturas.

Lo de Romero Calzada, en realidad fue utilería para abultar el asunto, y mostrar que Gallardo no es el único. Ni modo que no se supiera desde antes que fuera diputado que se dedicaba a beneficiarse  de la ordeña. 

Pero también, muestran a un gobernador apapachado y cuerpeado por el gobierno del centro, que es aliado –al igual que su fiscal que lo respalda– de ese gobierno;  y qué mejor que utilizar al Iván el Terrible, en que se ha convertido Santiago Nieto, para transmitirlo. 

Nadie podrá negar que la Unidad de Inteligencia Financiera es para Andrés Manuel, utilizando términos locales, lo que el Mano Negra era para don Gonzalo.       

Al que definitivamente no le resultan los teatritos es al diputado Carrizales, Mijis entre la chacaliza y entre toda la población. No aludo a que hubiera sufrido un accidente, eso no se le desea a nadie (al menos no en público), finalmente aunque hubiera ocurrido un fatal desenlace, por un accidente del que no fue causante, una alma prístina como la de él hubiera ido al cielo sin escalas, ya que diario nos muestra su actitud contrita de malviviente arrepentido.  Me refiero primeramente a la forma en que vuelve a evidenciar el uso que los malvivientes que se han encurulado en el Congreso, dan a los recursos públicos.

Un estimado amigo abogado, de esos que considero que son muy sácale punta aún en tiempos que ya nadie utiliza lápices, me dice que nada hay de malo en eso, ya que los vehículos son para el servicio de los legisladores. Así me vengo enterando que los utilizan las 24 horas. 

¡Qué espanto!, saber que un diputado panista seguramente utiliza un vehículo del Congreso, para comparecer en juzgados del Estado de México, por un asunto penal que trae encima. Es decir, un vehículo del Poder Legislativo de Estado Libre y Soberano de San Luis Potosí, se utiliza para trasladar a un presunto delincuente. ¿No hay alguien que les ponga un hasta aquí?

Ahora me explico por qué miembros de todos los partidos, y sin distinción de sexo, andan como hienas atrás de las diputaciones. Son auténticas becas por tres años; pero dicen que por amor al pueblo.      

En segundo lugar –seguimos todavía con el asunto del tal Mijis– es la enfermedad zodiacal que dice tener; nadie lo dudamos, desde luego, ya que con la salud no se juega, y menos un ser puro como él. 

Pero, momentos antes de redactar esta columna –que en realidad ya la había bocetado–, aunque con el entendimiento aletargado por varios fogonazos que traía encima y atacado por el mal del jabalí que provocan tres platos de paella, un connotado médico –del que no les diré el nombre– me señalaba que efectivamente, todos sabemos que el diputado tiene cáncer, pero lo que no sabemos es dónde lo tiene. Lo mismo, me decía, puede ser de próstata que cutáneo, derivado de un mal desenlace de un tatuaje; en el alma es imposible. 

Volvemos al tema de aquellos que viven del presupuesto público, el tema del uso que le dan a los recursos y el de su propia salud debe ser y es público. Nadie estaríamos tranquilos sabiendo que un incapacitado –hay muchos pero no en ese sentido– está participando en la elaboración de leyes, y desde luego, a todos nos pesaría estar obligando a un desahuciado a trabajar en nuestro beneficio. 

Ojalá algún ciudadano o una organización con alto espíritu cívico y no sólo en un afán de transparencia, sino de caridad cristiana, solicitaran transparentar la enfermedad del legislador. Más ahora que Netfix le canceló el contrato. 

Para acabar la semana, nos enteramos que aparecen muertos por docenas tirados en los límites entre San Luis y Zacatecas (y no por virus coronado); que un comando armado rescata a un patibulario en Río Verde y, que de nueva cuenta, vacían una casa en La Loma. ¿En manos de quién estamos?, bueno eso ya lo sabemos, más bien debí preguntar: ¿en manos de quién nos dejan?

Agradezco al ingeniero Alfonso Martínez Villalobos la paella de  campeonato, la tarde de ayer; a ustedes, su lectura. No bajen la guardia, aunque nos digan que entramos a semáforo amarillo.