Ni Chana ni Juana

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A veces es difícil elegir un tema para esta columna semanal. ¡Pasa tanto en una semana! De lo barrial a lo internacional, hay tantos temas que quisiera plantear, no para que me crean, sino para provocar al menos el que quienes me leen vayan a buscar algo más sobre ese problema, situación o discusión, donde no todo es blanco o negro como quieren que creamos los participantes en esos cuadros de lo contemporáneo.  

Sí, como cuadros. Imágenes que me gustaría retratar para dejar constancia de estas contradicciones semanales. Y como a la hora de tomar una foto, es necesario situarse en una perspectiva, elegir un encuadre de un todo, cierta hora para una adecuada iluminación, o esperar el momento preciso para apretar el obturador

En la esfera pública, casi siempre hay dos versiones (o más) de un hecho noticioso. Ni Chana ni Juana. Casi nunca una es la verdadera y otra es falsa, por más que «nos caiga bien» una de las partes en conflicto. Un poco como el ying y el yang, con una pizca de la otra versión es como se logra el equilibrio.

Los disensos son normales y hasta sanos, pero muchos ven en ellos la oportunidad de descalificar sin más al enemigo en común. Y sí, hay quienes si una opinión no es a favor se ofende hasta los huesos. De ahí la discusión tan en boga de hablar de una «cultura de la cancelación».

Un ejemplo reciente es un tuit de la multipremiada escritora Fernanda Melchor: «Si quieren verse generosos, regalen las nalgas, culeros, no mis libros en pdf!», ya que más allá del exabrupto involucra posturas desde lo editorial, lo autoral y lo empresarial y por supuesto desde lo estudiantil y académico. De mis tiempos de estudiante aún conservo juegos de fotocopias, y de tiempos más recientes, cientos de PDF. Hubo insultos, por supuesto, pero salieron a dejar enseñanzas muchas voces mesuradas y confiables.

Otro ejemplo es el rompimiento del Frente Nacional Ni Una Menos, y el multicolectivo Bloque Negro a unos días de que ocuparon la sede de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Hubo filtración de comunicaciones internas (chats) de una y otra parte, videos, y como en otros casos, de inmediato hubo bandos en las redes apoyando e insultando. Hasta este sábado, Marcela Alemán, madre de una niña violada en SLP, seguía atada en protesta a la reja de la Secretaría de Gobernación.

Un ejemplo más es el manifiesto o carta abierta «En defensa de la libertad de expresión» que un grupo de más de 650 personajes (entre académicos, políticos de otras administraciones, artistas y periodistas) publicaron para advertir que con las expresiones presidenciales hacia el diario Reforma y las revistas Nexos y Letras Libres «está amenazada la democracia» y concluye que «no se alimenta el rencor desde esa tribuna, sin que el odio llegue al río alguna vez». Algunos le han llamado un manifiesto «de intelectuales», y hasta hubo quienes lo presentaron como «una advertencia de la comunidad cultural y científica». 

Obviamente, hay que analizar con pinzas las respuestas, trucos, puyas, los supuestos chistes y los manifiestos buscapiés del presidente López Obrador, quien ante el desplegado dijo que «deberían ofrecer disculpas porque se quedaron callados cuando se saqueó al país». Tampoco va por ahí, o no todas las firmas.

Por cierto, algo a nivel local, pero en ese tenor, sucedió en Ciudad Valles, donde el alcalde Adrián Esper, tras el Grito, le gritó a una reportera, reclamándole el marcaje personal y que no dijera en su medio que el gobernador Carreras «se está chingando los 60 mil millones de pesos al año que no te manda nada a Valles». El Gobierno le dio un avión como de rifa y dijo ser «respetuoso».

También esta semana ‘alguien’ filtró a las redes sociales un chat interno del Congreso del Estado de San Luis Potosí, luego de que el grupo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se quedara sin la presidencia. En ese chat la diputada priista Beatriz Benavente empieza diciendo: «Ya bajenle a sus ridiculeces […] Hoy por hoy Vianney es la presidenta de la directiva le duela a quien le duela. Aprendan a consensar». Líneas más tarde, dispara: «Hablemos de corrupción! Si hoy hay espacio para eso es en la Jucopo, donde Edson [Quintanar, de Morena] ha sido de los presidentes de Jucopo más corruptos que ha existido! En la presidencia de la directiva no se maneja recurso, ¿o sí, Edson?». Edson responde: «Yo soy una persona limpia, llegamos sin ninguna intención de enriquecernos o de formar esta parte clásica política corrupta, no somos iguales, somos completamente diferentes». (Aunque no se han bajado el sueldo, como anunciaron con bombo y platillo.)

Luego de que se filtraron esas capturas de pantalla, Beatriz Benavente reiteró en redes lo dicho, pero hasta la hora en que terminé de escribir estas líneas el interfecto Quintanar no había dicho ni Pío. Por cierto, ¿ya vieron las notas que dio a diputados y diputadas de SLP la asociación Congreso Calificado? 

Palabras van, palabras vienen. La política se parece tanto a una función de lucha libre.   

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