Obscuridad
El gobierno de la cuarta transformación ha tenido grandes logros, como: Disminución de la pobreza, aumento a los salarios mínimos, inversión en infraestructura, reforma de pensiones, apoyo a los adultos mayores, inversión en energía, fomento a la inversión extranjera. Pero no todo son buenas noticias, tienen un gran pendiente: sus propios trabajadores. En la obscuridad se encuentran miles de personas que son contratadas de manera temporal, sin estabilidad laboral, con salarios muy bajos, sin prestaciones sociales, pero sobre todo con la amenaza permanente de ser despedidos de sus puestos de trabajo.
Esos miles de trabajadores son el lado humano del gobierno federal, son quienes tienen el verdadero contacto con la sociedad, hacen realidad la política social; son quienes recorren todo el país, tocando casa por casa, no importa si llueva, haga calor o frío. No tienen horario ni día de trabajo, inclusos llegando a sus casas siguen laborando en captura de datos. Atienden con gran amabilidad al adulto mayor, a las y los jóvenes, a los discapacitados, a todos por igual, para ellos no importa ideología política o creencia religiosa, esto a pesar de que sus jefes inmediatos les den instrucciones en sentido contrario.
Esta gran labor no es compensada, su salario es de los más bajos, no tienen vacaciones, fondo de ahorro, reciben malos tratos de parte de sus supervisores, sino obedecen las instrucciones políticas son amenazados de ser despedidos. Tienen que contribuir a la agenda electoral, se ven obligados a trasladarse a otras regiones del país en condiciones infrahumanas y por tiempo indefinido. Es una situación laboral que no está en la agenda, nadie se preocupa por ellos, en caso de ser denunciada esta situación el despido es inmediato, aunque se niegue en público es una situación que existe en todo el país.
Son el lado obscuro en medio de muchas noticias buenas sobre todo en política social; son los auténticos olvidados de un gobierno que se auto llama humanista, son héroes que no se les reconoce su gran labor social, sin su trabajo no habría cuarta transformación, han venido a darle otro rostro a la administración pública federal que siempre se le catalogó como lenta, ineficiente, deshumanizada. Se tienen que mejorar sus condiciones laborales, con un ingreso digno, estabilidad en sus contratos de trabajo, ingreso a la seguridad laboral, vacaciones conforme a la ley, un horario de trabajo que les permita atender su vida personal y familiar.
En resumen: la luz está en las calles, la obscuridad en casa. Los verdaderos operadores de la transformación están en las calles, en las comunidades, tocando puertas y no en las oficinas en donde se grilla para posesionar a sus familiares directos en puestos de elección popular, operando para los caciques y que lo peor de la política sean los próximos gobernantes. Esos miles de seres humanos merecen un trabajo digno, ya se atendió a los trabajadores de los outsourcing y plataformas digitales ¿Ellos cuándo? Un abrazo a todas y todos mis lectores, con mis mejores deseos para estas fiestas. Próxima colaboración: 01 de enero de 2025.
@jszslp