Sumisos y redimidos
Ocurrió lo que se veía venir, era previsible. La senadora panista Verónica Rodríguez solicitó licencia por tiempo indefinido para separarse de su cargo y ocuparse de asuntos relacionados con su reelección en la dirigencia estatal de su partido. Más que las críticas de sus propios correligionarios lo que acabaron orillándola a la decisión fue el panorama incierto que en nada garantiza su triunfo dentro del fragmentado partido.
De igual manera, se aprovecha la licencia para que la presidenta del DIF municipal de la capital (esposa del alcalde patrocinador y protector de la panista) y suplente en el Senado, ocupe por una temporada la curul de las discordias azules. Después no acaba siendo justo que en mucho la financie y en poco la disfrute; además ya no le podrán decir que aquel tiene una esposa senadora y él no. Aunque, en materia de luces las tres han de estar en igualdad de circunstancias.
No es tema menor en la política estatal la elección de la dirigencia panista, pese a que ésta no será finalmente para los panistas. Las facturas finalmente, sin importar se es en abonos o de contado, tienen que pagarse y en ninguno de los panoramas se acabará favoreciendo a la militancia.
¿El Partido Acción Nacional será en realidad oposición estando en manos de Galindo?, ¿y si regresa a manos de Azuara lo será? En realidad no lo es desde hace un buen tiempo, pero una cosa es ser exprimido por los propios y otra regentado por extraños, porque en ambos casos el beneficio acabaría siendo para los de afuera. El tiempo de Azuara ya pasó, y ahora si no recurre a algún externo simplemente no lo recuperará.
¿Y la militancia?, ésa no vale la pena que se complique la vida ni que invoque estatutos, ideologías o proyectos, como acertadamente lo dejo ver el diputado Rubén Guajardo: ni derechos tiene, para eso están los consejeros estatales. De éstos, por cierto, se rumora que su voto para elegir dirigente se está llegando a cotizar hasta en cien mil pesos.
Barato no les ha de salir a los patrocinadores, pero si se analiza a detalle el beneficio lo vale. No hay mil que por cien no venga, ni mil que un millón no tenga. Y bueno, una esposa senadora aunque sea suplente, ya desquita la inversión.
Genuinamente, ni Azuara ni Galindo representan oposición, son los maquillistas de la abyección y la sumisión a modo frente al gobernador. Pero, después de todo, a los panistas así les gusta ser tratados.
Por el contrario, en el partido oficial federal, el de Regeneración Nacional, pareciera que se busca dar un giro hacia la ortodoxia señalada desde el centro, que contrastará con la llevada por las pasivas dirigencias anteriores. Observemos: mucho se ha criticado la aparente falta de acción de la actual dirigente, hermana de la secretaria del Gobernación (en todos lados, en todos los partidos y en todos los colores el negocio está en el nepotismo; aunque en este caso pareciera que fue una decisión meditada), pero todo indica que su dirigencia es de transición, y que el verdadero proyecto del partido es su reestructuración mediante una nueva dirigencia a la que muy posiblemente llegue su recién electo secretario general.
Habrá quienes cuestionen la trayectoria partidista del nuevo secretario, pero no se debe de pasar por alto que conoce los movimientos de los sectores populares, tiene trabajo de campo en diversas regiones del estado y, sobre todo, a diferencia de muchos morenistas veleidosos, es un hombre disciplinado. Sea o no una imposición, es el punto de partida para una oposición real al ya desgastado proyecto gallardista.