Que te vas y te vas...

Como en aquella mítica composición del legendario José Alfredo Jiménez, el ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez tiene años de que está que se va, que se va, que se va, del Interapas, y no se ha ido.
El segundo municipio más importante del organismo paramunicipal de agua potable y alcantarillado de la zona metropolitana ha adoptado, al menos desde la pasada administración, un discurso "independentista", señalando, tajante, que buscará la escisión.
En la práctica, sin embargo, la alcaldía rebelde, y más ampliamente, el gallardismo, sigue dentro del Interapas. Y hay razones para que, a pesar del discurso, se mantenga.
Al menos desde 2022, el gobierno de Leonor Noyola empezó con la cantaleta separatista. De hecho, en ese año, su Cabildo manejó un dictamen con la intención de presentarlo al Congreso, pero no llegó a formalizarse.
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Su sucesor, Juan Manuel Navarro Muñiz, continuó con el discurso. Y no han estado solos.
El reclamo ha recibido el apoyo de la Comisión Estatal del Agua, a través de los múltiples titulares que ha tenido en esta administración, de diputados gallardistas en el Congreso y, hasta el Concejo de Pozos, que ni siquiera está unido al organismo, ya también le hizo el feo.
Desde luego, del propio gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha hecho suya la moción, asumiéndose vocero del ayuntamiento que gobernó.
Entre los argumentos que se han expresado para fundamentar el divorcio, están las fallas en el abasto y el envejecimiento de la red de drenaje, que no se ha renovado con la celeridad esperada.
Se reclama también la ausencia de atención a las necesidades del municipio, reflejada en incumplimientos a las demandas de los usuarios y en la falta de obras relevantes en materia hídrica.
Un trato inequitativo al municipio vecino, independencia presupuestal y el presunto desarrollo de capacidades propias que permitirían a la alcaldía hacerse cargo del servicio completan la lista de justificaciones.
Pero la alcaldía no ha pasado de la queja. Ya en varias ocasiones se ha calificado de "inminente" la presentación de la iniciativa al Congreso, sin que ocurra nada. Ahora, se pone a enero de 2026 como el momento en que se concretará el adiós.
Pese al discurso, hay razones para que esto no ocurra. Una, de índole política: al gallardismo no le conviene dejar de tener las posiciones que dentro del Interapas le garantiza la normatividad.
El reglamento interno del Interapas prevé que el organismo sea controlado a través de una junta de gobierno con 10 asientos: los tres alcaldes, del cual, el de la capital será el presidente; un regidor de cada municipio, el titular de la CEA y tres representantes del Consejo Consultivo.
Esa repartición le da al lado gallardista la mayoría de los asientos disponibles, porque además de los dos asientos de la alcaldía soledense, dispone del voto de la CEA y, últimamente, de los representantes de Cerro de San pedro y del sector industrial: seis en total.
Por consiguiente, ese grupo político tiene una enorme capacidad para influir en el manejo de la Junta.
Y eso se ha reflejado este año en el calendario de sesiones de la junta. Usualmente, el organismo celebra una junta mensual, a las que se suman las extraordinarias que se pudieran requerir.
No obstante, las normas del Interapas sólo obligan a 4 reuniones trimestrales.
Sin embargo, en este 2025, la junta apenas ha podido celebrar dos sesiones, las primeras del año.
Lo anterior porque en los intentos subsecuentes que se han hecho, la ausencia de los integrantes gallardistas a las juntas las ha mal logrado en lo que va del año.
El 14 de abril, cuando tocaba aprobar el primer reporte financiero trimestral, la sesión no se pudo celebrar pues únicamente asistieron cuatro integrantes: los dos de la alcaldía capitalina y los representantes de usuarios domésticos y comerciales.
Los representantes gallardistas y el del sector industrial hicieron el vacío.
A manera de constancia, en el acta de dicha sesión, el Interapas anexó los citatorios enviados a todos los integrantes con cuatro días de anticipación, lo que les cerraba la puerta a los faltistas de la justificación de que no habían sido citados.
El 8 de julio, el Interapas anunció la designación de Alfonso Obregón como contralor interno de la dependencia. El Interapas no ha difundido el acta de esa sesión y las notas al respecto consignan que el funcionario fue elegido "por unanimidad", aunque no se precisa en las comunicaciones cuál fue la asistencia. Fuentes del organismo, sin embargo, señalaron que hubo ausencias del lado gallardista, pero que no fueron suficientes para descarrilar
la sesión.
La siguiente convocatoria se emitió el 14 de julio y, salvo que esta vez sí asistió el representante industrial, se repitió el escenario de abril: faltaron los cinco integrantes del tándem gallardista y, por tanto, la junta no reunió el quórum legal para celebrarse. La próxima reunión será esta semana que inicia, pero es incierto anticipar si los representantes del gallardismo responderán, ahora sí, a la convocatoria.
El asunto de las sesiones no celebradas por falta de quórum es una de las formas en que el gallardismo puede influir al Interapas. Si el plan es hacerlo de forma negativa, salir del organismo le haría imposible al gallardimso seguir entorpeciendo la labor del organismo.
Sin embargo, la razón que parece más solida para no concretar la amenaza de escindirse radica en un hecho contundente: el ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez no tiene la capacidad para satisfacer el servicio de su población, pese a que ha presumido autosuficiencia desde 2022.
El ayuntamiento ha señalado que con ese fin, ha fortalecido su Dirección de Agua, que ya está en funciones y que tiene capacidad parta atender
la demanda.
De acuerdo a la información más reciente del organismo, el Interapas tiene 110 mil 391 usuarios, el 27 por ciento del total del padrón.
Sin embargo, al cierre de 2024, el municipio sólo representó el 13% de los ingresos totales. De mil 087.7 millones de pesos recaudados a finales del año pasado, el vecino municipio captó 149 millones de pesos.
¿La razón? Casi la mitad, el 48%, de los usuarios del Interapas, no le pagan al organismo. En contraste, el porcentaje total de morosos de la dependencia es de 37%.
Al primer trimestre del año, la deuda total de los clientes soledenses del Interapas ascendía a 447.9 millones de pesos.
¿Podrá el ayuntamiento de Soledad con el paquete de soportar una deuda de esa magnitud? Para un gobierno que ha basado su accionar en subsidiar fuertemente sus obras y acciones, ¿resultará conveniente adoptar la postura de cobrador del servicio?
Por otra parte, ¿para qué poner en riesgo algo que está funcionando? Pese a las quejas de la alcaldía, el Interapas ha señalado en una respuesta a una solicitud ciudadana de información pública que, al primer trimestre del año, los 31 pozos que tiene en Soledad funcionan correctamente.
Sí, el Interapas tiene defectos en Soledad. Hay fugas, abusos de cobranza y otros problemas, pero hasta eso le sirve al ayuntamiento soledense, que seguramente no querrá pagar el costo social que ahora soporta el organismo.
En contraste, una eventual salida de los socios más problemáticos del Interapas, liberaría al organismo de dolores de cabeza políticos y financieros. Y no parece que el gallardismo esté dispuesto a cederle un milímetro de ventaja al organismo, al gobierno capitalino y a Enrique Galindo Ceballos.
Quizá por eso, regresando a la rola de José Alfredo, es que Soledad dice que se va, pero no se ha ido.












