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La naturaleza se ensaña con los queretanos

Las lluvias e inundaciones no dan tregua, no sólo en la capital, sino en el municipio de El Marqués

Por El Universal

Agosto 25, 2025 03:00 a.m.

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La naturaleza se ensaña con los queretanos

El Marqués, Qro.- Las inundaciones registradas desde el viernes en Querétaro no dan tregua no sólo a la capital del estado, el municipio de El Marqués, en específico en La Cañada, también sufre por las anegaciones atípicas.

En la colonia San Pedrito Peñuelas, en la calle Ferrocarrileros, las brigadas del gobierno del estado, formadas por personal del Sistema Estatal DIF (SEDIF) y de la Agencia de Movilidad del Estado de Querétaro (AMEQ) reparten costales de arena entre los vecinos afectados por las inundaciones que se prevé continúen.

Los trabajadores del SEDIF y la AMEQ también remueven hierba y quitan las piedras que el agua arrastró. Entregan despensas y kits de limpieza (con una cubeta, escobas, trapos y recogedores) a los vecinos.

Julio César, Santiago y Miguel Ángel muestran el taller mecánico en el que trabajan. El agua ingresó al local y en el piso aún se ven rastros de lodo arrastrado durante la anegación.

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Miguel Ángel señala una línea de humedad, de aproximadamente un metro de altura. Es hasta donde llegó el agua en la calle. Dentro del taller la inundación fue menor, pero sí hubo afectaciones.

Comenta que en tres años que llevan en este taller, esta ha sido la peor inundación. Expresa que el dueño del local les ha dicho que desde que construyeron un puente en la esquina las anegaciones empeoraron.

En San Pedrito Peñuelas, cada vez que llueve, María Eugenia García Mendoza, Lizbeth Baltazar y Fabiola Viveros salen juntas a limpiar la coladera de la calle, frente a su domicilio, para evitar que se acumule el agua y se inunde la zona.

María Eugenia subraya que los mismos vecinos de su colonia, incluso, les dicen que son buenas samaritanas, pero ellas lo hacen para evitar que se inunden sus casas.

“El viernes nos fue del nabo. No podíamos salir de la casa. Todo se inundó hasta arriba [poco más de un metro]. Entró el agua a la casa y al local [de regalos]. Aquí en la coladera baja toda la basura de las colonias y aquí se acumuló”, señala Lizbeth Baltazar.

Dice que el sábado hubo brigadas del Ejército Mexicano, del municipio y del gobierno del estado limpiando el lodo que quedó tras las lluvias.

Cerca de La Cañada, en la presa del Diablo, la gente acude a ver el poder del agua que baja por el río. La fuerza es tal que unas escaleras de concreto ya cedieron. Sólo quedó, como testigo, un barandal de metal que permanece en el sitio.

“Contra la fuerza de la naturaleza no podemos hacer nada”, dice Patricia Pérez.