Decirlo, sin filtros
Hemos llegado a un punto en este país que las cosas no pueden seguir diciéndose políticamente corectas, porque esa hipócrita cortesía fue también asesinada el sábado en Uruapan, Michoacán. Vamos siendo absolutamente claros amables lectores, el Presidente Municipal de Uruapan Carlos Manzo, fue el servidor público más valiente que haya tenido este país en muchas décadas, sin partido, tan sólo con el respaldo de una ciudadanía harta de las extorsiones, de los moches y de la apatía de sus antecesores, Carlos Manzo conquistó la Alcaldía con su sola presencia, recorriendo las calles, sin guaruras, sin la “estructura” de un partido político y sin el visto bueno de ningún poderoso. Carlos Manzo es, a partir del sábado el prototipo de políticos y servidores públicos que este país necesita, el que no llegó al cargo para enriquecerse, para hacer ”bussines”, ni para que la Alcaldía fuera un trampolín natural para el cargo siguiente, Carlos Manzo cargaba con amor a su pequeños hijos, quienes los conocieron dan testimonio que fue un esposo y padre ejemplar y que su único motivo era heredar un mejor país a esos pequeños que crecerán sin la figura de su padre.
Su asesinato, es una sacudida a México, por eso hoy debemos decirlo sin filtros y sin poses, ¿de verdad queremos seguir viviendo (“muriendo”) así?, tenemos frente a nosotros una abrumadora pobreza, que es y ha sido caldo de cultivo para que jóvenes, quienes no rebasan los veinte años se renten como sicarios por menos de treinta mil pesos. Si hacemos un profundo análisis del porque (razones) alguien puede “ejecutar” a otro ser humano, la respuesta será siempre por poder y dinero.
En el país de los miles de muertos y desaparecidos, la constante en casi todos los casos es un monton de papeles con signo y denominación: dinero. Pero justo en este profundo análisis, la invitación a la reflexión va para el líder de un cártel, pero también para el político más prominente o para el joven residente de los suburbios que sueña con un futuro mejor. ¿De verdad todo esto que hacen es por poder y por dinero? Si es así, como parece que es, entonces estamos rotos.
Rotos porque las balas asesinas que privaron de la vida a Carlos Manzo, fueron pagadas con dinero sucio, monedas que se convertirán en la misma mierda de su procedencia, porque él o los asesinos intelectuales del crimen no tendrán paz ni el descanso de una conciencia tranquila, porque su acto vil, enlutó el hogar de un par de niños cuya mirada inocente les perseguirá el resto de sus vidas.
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Pero la sangre de Carlos Manzo les alcanza también a miles de políticos, quienes, como cerdos se han atascado de la gula del poder, indolentes e insensibles creen que el servicio público es la oportunidad para trasender su ego y vanagloriarse que sus ideas han transformado al país. Hoy, como mexicano siento rabia e impotencia de ver a un buen mexicano sucumbir ante razones tan bajas y absurdas como lo son el poder y el dinero, no dejo de pensar en sus pequeños hijos que crecerán sin un padre, con un dolor incrustado en sus pechos, sólo porque alguien quería seguir vendiendo droga y extorsionando, lucrando con la salud y el trabajo honesto de otros.
¿Qué pasaría si en cada municipio, sin en cada Estado, si en este país hubieramos muchos Carlos Manzo? No habría cabida para mesías tropicales disfrazados de redentores, ni para políticos farsantes asociados con criminales, porque si lo piensa amable lector, todo esto que nos pasa, es por el maldito dinero, por el maldito poder y por la maldita miseria humana; hay que decirlo sin filtros, ni el dinero ni el poder dan la felicidad a ningún ser humano, ambos son efímeros, señores narcos, señores políticos, de verdad, están Ustedes muy pero muy equivocados. Me quedo con la imagen del Carlos Manzo padre, que tuvo la oportunidad de cargar en sus brazos por última vez (sin saberlo) a su pequeño hijo.
Los sigo leyendo en este correo:
jorgeandres7826@hotmail.com.
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