Laberintos (2)
Cada día nos queda más claro a los mexicanos. A partir de sus propias contradicciones, el mentiroso populismo del presidente López Obrador pierde fuerza y apariencia de validez, aunque muchos de sus numerosos fieles y cómplices sigan aferrados a los privilegios del engaño y la corrupción.
Su actual representante, Claudia Sheinbaum, ya no sabe qué hacer ante los crecientes reclamos de una sociedad no sólo plural sino más informada y consciente de lo que sucede en México; además, está muy enojada y exasperada por todo el penoso desastre.
¡Hasta pretende celebrar…! Podrá ser el triunfo en julio de 2018, porque a partir de diciembre de ese año no han sabido gobernar.
Miren, ya que han transcurrido siete años de este lamentable gobierno, se confirma que en la historia de la presidencia de la República nunca se había visto un comportamiento tan falso y absurdo como el de ella, ni siquiera en el caso de su eterno jefe y maestro.
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De hecho, es él quien está detrás de esta catástrofe al no dejarla gobernar y hacerla tan vulnerable en áreas como seguridad, impunidad, salud, economía, relaciones con Estados Unidos y, en general, credibilidad.
‘Soberbia’ es tal vez el calificativo que hoy se le da a ella con mayor frecuencia. Para mí, eso significa desubicación y cae en la ceguera y el autoengaño. Se parece mucho al caso de su antecesor, aunque aquél lo disimulaba mejor.
Vemos ahora una vorágine de mentiras, incongruencias, absurdos, descalificaciones, insultos, trampas, degradaciones, amenazas, polarizaciones… hasta crímenes y actos de represión.
En el Laberinto de la soledad, tal como anotábamos la semana pasada, Octavio Paz nos lleva a descubrir y comprender la identidad del mexicano (hombres y mujeres, desde luego). No sólo inspira sino alecciona.
Marchar y protestar es romper el silencio y reafirmar que el ciudadano no es un súbdito. Es recordarle al poder que la legitimidad y la prosperidad se sostienen con contrapesos democráticos, no con obediencia a un dictador. Que las instituciones deben servir a los ciudadanos, no al caudillo.
Marchar es un acto de presencia moral, una manera de decir no estamos solos, ni abatidos; tampoco queremos dejar el país a la inercia, al miedo o la obediencia. En su Postdata, Paz hablaba del sentido profundo de la protesta juvenil.
Estos días, la peor política se ha vuelto incongruente, indecorosa, repugnante. Inquietan las torpes reacciones a los asesinatos y apremios políticos, al igual que las estrategias de comunicación del limitado vocero de su antecesor, que ya no funcionan en este tiempo y con otra persona.
A excepción quizá de la presidencia de Victoriano Huerta, nunca en la historia se había registrado tal ruindad e insolencia. Al parecer, esto como reacción atropellada a la desesperación y el miedo ante tantos riesgos evidentes. Pavor a casi todo, pues.
La desesperación genera todo tipo de estupideces y respuestas irreflexivas que siguen enredando a buena parte del público. Pero la realidad ya tiende a expresarse e insubordinarse ante la narrativa mentirosa y la falsa sonrisa de la presidenta, tan demagógicas como oportunistas.
Ella se defiende inventando o resaltando ‘logros’ y, sobre todo, insistiendo en que resulta muy popular en sus sondeos (76%) a pesar de que la encuestadora favorita de la 4T en el mundo (Morning Consult) le da ahora 41%. Claro, ya han dejado de citarla.
* Y, BUENO, PARA REÍRSE un poco: en cuanto al genial maestro que mencioné aquí en la columna de la semana anterior porque nos leía a Paz, el doctor en Economía Edmundo Flores (luego director de Conacyt y embajador ante la FAO de la ONU en Roma), recuerdo otras dos buenas anécdotas. Una, al pasar lista el primer día de clases nombró a un alumno de apellidos Ortiz Mena Rocha, y le preguntó “oiga, ¿usted tiene dos papás o dos mamás?”. La segunda, al encargarnos lecturas y tareas de su Tratado de Economía Agrícola, nos dijo: “el capítulo 7 no lo lean, pues ese ni yo lo entiendo, sólo lo incluí para apantallar a quienes no puedan descifrarlo…”, así podrían decir “qué inteligente es el autor”.
* YA LO DECÍA EL genial George Orwell (1903-50): “Es espantoso que gente tan ignorante tenga tanta influencia”.
* “SI ERES NEUTRAL EN situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”, Desmond Tutu (1931-2021), arzobispo sudafricano que luchó contra el apartheid y destacó en la defensa de los derechos humanos. Le fue concedido el Premio Nobel de la Paz en 1984.
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